lunes, 14 de diciembre de 2009

La Maroma por el Fuerte de Sedella. 13 de diciembre de 2009.

Comentarios: Antonio Arana.

Hace un año nos planteamos el ascenso a la Maroma por la cara sur. Las rutas "oficiales" de ascenso son: por Alcaucín (noroeste), por Canillas de Aceituno (suroeste), por el Robledal (noreste) y por las llanadas de Sedella (este).

Desde la Adecuación Recreativa de Sedella ascenderemos el Fuerte de Sedella, el Peñón de Vélez y atravesaremos el imponente farallón rocoso meridional formado por la Loma de Capellanía, hasta enlazar con la vereda que viniendo del Tajo Volaero nos conducirá a la cumbre de la Maroma.

Al Fuerte de Sedella nos dirigimos por la cara este, encontrando una fuente con un estupendo chorro de agua. Al suroeste del pico hay otra fuente conocida como "la Pisadica del Niño Dios".


Fuente en la cara este del Cerro del Fuerte.

En una hora y cuarenta y cinco minutos nos encontramos en la cumbre del Fuerte de Sedella (1.507 ms de altitud). Hay abundantes restos de cerámica árabe en la cumbre. Y tres preciosas y pequeñas encinas a las cuales no hemos visto crecer apenas desde la primera vez que hicimos este pico hace muchos años.


Cumbre del Fuerte de Sedella.

Descendemos el pico por la parte norte dirigiéndonos al Peñón de Vélez. En esta cresta encontramos rocas con incrustaciones de amianto que se ha utilizado para materiales de construcción, trajes de bomberos (por sus propiedades ignífugas)...


Amianto.


Cresta desde el Fuerte de Sedella al Peñón de Vélez.


Cumbre del Peñón de Vélez. Detrás, el Fuerte.

La vereda bordea el Peñón de Vélez por su derecha dirigiéndose hacia las Lomas de Capellanía. El ascenso es continuo por ella pero se encuentra muy bien marcada.

Peñón de Vélez y Fuerte de Sedella.

Pasamos muy cerca de la base del Tajo Volaero y, en lugar de dirigirnos a la derecha, hacia el Morrón, donde podemos apreciar un paso fácil, decidimos ahorrar un poco de tiempo y de camino haciéndolo hacia la izquierda, directamente al monolito de la Maroma que por supuesto aún no podemos ver.


Tajo Volaero y "Cabeza de Tortuga" a la derecha.

Caminamos monte a través, entre rocas, sin vereda. La pendiente es muy intensa y encontramos frecuentes chorreras de piedras sueltas que dificultan el ascenso.


Ascenso por las Lomas de Capellanía.


Ascenso por las Lomas de Capellanía.

Llegamos, por fin, a la vereda que viene del Tajo Volaero. Nos cruzamos en este momento con unos montañeros que nos miran extrañados al ver que hemos ascendido por la parte sur, emergiendo de un mar de nubes que ahora podemos contemplar maravillados. Durante el ascenso no nos hemos dado cuenta.


Vereda hacia la Maroma.


Vereda hacia la Maroma.


Vereda hacia la Maroma.

Llegamos a la cumbre de la Maroma en cuatro horas y cuarenta y cinco minutos, habiendo ascendido con paso tranquilo y, como siempre, haciendo múltiples fotografías. Pensábamos que la ruta iba a ser mucho más dura de lo que ha sido en realidad.


Cumbre de la Maroma.


Vértice geodésico de la Maroma.

En la cumbre encontramos otro grupo de montañeros. Han subido desde Canillas de Albaida por las Llanadas de Sedella. Nos hacemos fotos mutuamente y, tras 20 minutos de estancia en la cima, sometidos a un viento frío, decidimos descender por la ruta de Canillas de Aceituno. Previamente habíamos dejado uno de los dos coches en dicho pueblo.


Descenso hacia Canillas de Aceituno.

Llegamos a la Proa del Barco a las catorce treinta y cinco horas, deteniéndonos a comer y a beber un poco de agua. El mar de nubes parece que va levantando poco a poco aunque continuamos notando la bajada de temperatura anunciada por la Agencia Estatal de Meteorología. A partir de mañana, una ola de frío siberiano recorrerá todo el país.


Proa del Barco.

Comenzamos ahora el descenso propiamente dicho, pasando por los Charcones, dejando a la derecha el Barranco de los Tajos Lisos, pudiendo comprobar que la fuente del Collado de la Gitana se encuentra completamente seca y dejando, poco después, el Barranco del Almanchares a nuestra izquierda para dirigirnos hacia la Rábita de Canillas de Aceituno.


Cueva de la Rábita.

Algunos historiadores como Luis de Mármol Carvajal, nacido en 1520 en Granada, hacen algunas reseñas históricas a la Rábita de Canillas de Aceituno, como encontramos en su libro "Historia del Rebelión y castigo de los moriscos del reino de Granada". En esta zona se hallaron los sepulcros de cuatro morabitos muy respetados por la comunidad morisca. Posteriormente, la cueva ha sido utilizada como refugio por pastores de la zona. Recientemente se ha producido un pequeño desprendimiento en la entrada de la cueva.

La Fuente de la Rábita, como siempre, impregna el contorno con el rumor del agua. En la vereda que desciende hacia el pueblo podemos contemplar, descarnados, algunos restos de atanores o conducciones de agua de la época árabe. Los romanos también los utilizaban empleando la piedra caliza.


Atanor.

Llegamos a Canillas de Aceituno a las diecisiete y quince horas. De aquí tenemos que ir ahora a recoger mi coche en la Adecuación Recreativa de Sedella.
La ruta ha sido dura pero ahora conocemos dos pasos para ascender a la Maroma por la cara sur. Estamos satisfechos.

Perfil de la ruta:

-Recorrido: 16.560 ms.
-Tiempo total: 8 horas y treinta minutos.
-Desnivel de ascenso: 1.421 ms.
-Desnivel de descenso: 1.600 ms.
-Picos subidos: 3.


Adecuación Recreativa de Sedella.

Próxima ruta: El Convento, en el Chorro, el domingo 20 de diciembre. Aunque las previsiones meteorológicas son de lluvia para ese día. Ya veremos...








jueves, 10 de diciembre de 2009

Alto de Gomer. Martes, 8 de diciembre de 2009.

Comentarios: Antonio Arana.

Hoy hemos madrugado menos que otras veces porque Sandra y Alejandro salen de guardia del hospital a las 9 de la mañana. Y a esa hora hemos quedado en el aparcamiento del mismo. Componemos el grupo 19 personas y vamos a subir al Alto del
Gomer, una de las tres cumbres de la Sierra del Sábar, en Alfarnatejo.



Es el día de Inma y nos sorprende a todos con una bandeja de "piononos" hechos por ella y que son más sabrosos que los de Pastelería Isla, de Santa Fe. Ha traído también una botella de arresol o resolí. Es un licor de café típico de Cuenca y que parece ser que proviene de la época árabe. Cortamos la carretera del Puente de D. Manuel comiendo y bebiendo tan suculentos manjares.


Inma y sus piononos.

El ascenso al Alto de Gomer lo vamos a realizar desde el Cortijo de Auta, cuna, según algunos historiadores, del protagonista de la rebelión más importante producida contra el Estado Omeya a finales del siglo IX y principios del X: Omar ben Hafsún.

Cortijo de Auta y Alto de Gomer.

El Gomer es un pico muy emblemático para nuestro grupo. Desde el mes de abril de 1995 lo hemos ascendido en diez ocasiones (aparte de la de hoy). En octubre de ese año colocamos un buzón de montaña en su cumbre y hasta ahora se ha mantenido bastante bien.


Inicio de la ruta.

El inicio de la ruta se encuentra muy cerca de la Sierra del Rey, con su pico Castejón de cerca de 1.000 ms de altitud. A los pies de esta sierra se encuentra el Manantial de Borbollón. El Alto de Gomer se ve impresionante, pareciendo imposible su ascenso.


Alto de Gomer.

Hay que acercarse a la base del pico ascendiendo una penosa ladera repleta de retama que obstaculiza con frecuencia el paso. El desnivel se va notando cada vez más a medida que nos acercamos a la base.


Pepe a través del retamal. Detrás, la Sierra del Rey.
Detrás, entre nubes, la Sierra de Camarolo.


Ana y Sandra en un pequeño descanso.

Al acabar las retamas la pendiente se intensifica, debiendo realizar los últimos 100 metros de la ascensión por una lengua de tierra, en zig-zag para llegar a la base del pico con algo de resuello.


Lengua de tierra hacia la base del Gomer.

Llegamos a la pared rocosa del pico donde hace un año encontramos unas pintadas en color azul señalando la entrada hacia la cumbre. En su momento protestamos ante el impacto medioambiental que suponía ese tipo de señales de color azul intenso sobre la roca caliza gris. Afortunadamente, nos es grato encontrar hoy dichas señales mucho más atenuadas.

La "vereda" se inicia de forma oblicua debiendo realizar un poco de escalada a manos libres en algún punto. Es una entrada rocosa muy bonita. A partir de aquí, caminaremos siempre sobre rocas, sin una vereda definida en ningún momento.


Inicio de la ruta por terreno rocoso.


Alejandro "al límite".

Nos dirigimos hacia un collado en el que se aprecia, a la derecha, una formación rocosa a modo de chimenea. Es una zona que invita a subirla para realizar buenas fotografías. Fernando y su hijo Jose lo hacen.


Collado y "Chimenea".

Vamos encontrando algunas flores que no tienen inconveniente en crecer en terreno rocoso.


Alcandorea. Vinca difformis.


Canastillo de plata. Lobularia maritima.

Atravesamos el Collado del Gomer y se nos presenta un suave descenso hacia lo que parece una pared rocosa en espiral inexpugnable. De hecho, algunos componentes del grupo estudian con cara seria, inmóviles, la pared imposible.


Desde el Collado hacia la pared en espiral.


Llegando a la "Espiral".


Subiendo la espiral.

La "espiral", como yo la llamo, es una pared rocosa muy plegada, de gran pendiente y muy resbaladiza. Sin embargo, se sube sin problemas despacio y con sentido común.


Lirio. Iris planifolia.

Una vez recorrida la espiral, con tropiezos continuos debido al terreno pedregoso con continuas chorreras y troncones de arbustos, llegamos a una zona donde debemos recurrir a las manos para seguir ascendiendo. No hay peligro y nos gusta un poco de aventura en forma de escalada. Encontramos un paso hacia la cercana cresta del pico tras un arce. Es una verdadera escalera rocosa superando una decena de metros de altitud.


Escalera rocosa junto a un arce.

Coronamos la cresta que nos llevará a la cumbre a unos 100 ms al oeste. El lado norte de la cresta cae de forma vertiginosa. En mayo de 1995 subí este pico por esa pared y ha sido la negligencia más grande que he cometido en los 16 años que llevo haciendo montañismo. No volveré a hacerlo. La cresta se ensancha un poco después y permite andar sin peligro.


Cresta del Gomer.

Tras dos horas y cuarto de subida tranquila, llegamos a la cumbre. Hace frío y algo de viento. Las nubes esconden el Chamizo y la Sierra de Camarolo, al noroeste. Encontramos el buzón en perfecto estado con una tarjeta de nuestro propio grupo que dejamos en él el día 20 de septiembre de 2008.


Cumbre del Gomer.


Cumbre del Gomer.


Flores en la cumbre.


Placa del buzón.

El intrépido Jose se aburre con los mayores y decide buscar aventuras escalando en las paredes del pico.


Jose al borde del abismo.

Tras un rato de relax y avituallamiento en la cumbre, comenzamos el descenso. Vamos todo el camino haciendo fotos, como siempre.




Fernando encuentra un estupendo fósil de ammonite. Es un molusco que existió en los mares desde el Devónico (se inició hace 416 millones de años) hasta el Cretácico (finalizó hace 65 millones de años).


Ammonite.

Encontramos también restos de cerámica árabe entre los que destacan algunos de época nazarí (desde el año 1238 hasta el final del siglo XV).


Cerámica nazarí.

Y, en la lengua de tierra, una vez descendido el macizo rocoso del Gomer, propiamente dicho, encuentro una raedera de sílex magnífica, cuyo borde aún se mantiene cortante. Data del período Paleolítico Medio, Cultura Musteriense (180.000 - 40.000 a.C.). En este período hizo su aparición el Hombre de Neanderthal.


Raedera de sílex.


Doradilla o té de sierra. Ceterach officinarum.


Líquen amarillo. Xanthoria parietina.

La ruta completa (ida y vuelta) se realiza con toda tranquilidad, disfrutando de la naturaleza, en cuatro horas y media. Ayer reservé mesa en el Restaurante Casa Ortega (carretera Riogordo-Benamargosa) para las tres y media de la tarde. Y a las tres y veinticinco estamos bajándonos de los coches en el aparcamiento. Nos esperan unas sabrosas chuletillas y patas de cordero regadas con un buen Rioja, entre otras muchas cosas.


Chuletillas de cordero.

Y finalizamos la ruta "montañera-botánica-histórica-arqueológica-gastronómica" con un brindis doble de felicitación a Inma por su día y por la próxima ruta a realizar: el pico del Convento, en el Pantano del Chorro (Ardales); una ruta muy suave, corta y preciosa, en la que tendremos la posibilidad de ver el Caminito del Rey (aunque actualmente esté cerrado el paso por él), la Sierra de Almorchón y el Huma, y los embalses del Guadalhorce, Conde de Guadalhorce, Guadalteba y Gaitanejo. Y, por supuesto, cataremos la comida del Restaurante El Mirador. Si no hay inconvenientes por la proximidad de las fechas navideñas y la meteorología, el día para realizar esta ruta podría ser el domingo 20 de diciembre.