viernes, 31 de diciembre de 2010

Sierra Llana. Pico Águila. Cártama. 24 de diciembre de 2010.

Comentarios y fotografías: Antonio Arana.

Cártama es un pueblo de origen fenicio, con importantes restos arqueológicos de época romana y con un castillo árabe. La visión de Cártama que conservo en mi memoria desde pequeño, es la de un núcleo de casitas blancas al pie de una montaña, con una ermita por encima del pueblo y debajo del castillo. Se trata de la ermita de Nª Sª de los Remedios.

Desde hace mucho tiempo, pasando por el Valle del Guadalhorce camino del Huma o del Grajo o del Pico del Convento..., me había fijado en la sierra poco elevada pero no por eso menos atractiva al pie de la cual se encuentra este pueblo. Y, como siempre hago, planifiqué realizar el recorrido de esa nueva sierra tomando nota de ello en espera del momento propicio. Y el momento ha llegado hoy.


Ruínas del castillo de Cártama.

Comenzando el recorrido en la parte oeste de Cártama, bordeamos el castillo por el sur ascendiendo por un largo carril que nos lleva a un collado que nos introduce en la Sierra Llana. Consiste esta sierra en una meseta flanqueada al oeste por la Sierra de los Espartales y al sur por la Sierra del Almendral. Hay múltiples construcciones en ella que comparten un entorno natural sorprendente. Recorremos la Sierra Llana hacia Levante para acercarnos a nuestro objetivo: el Pico Águila, con 402 metros de altitud.

La ruta constituye un delicioso paseo. En una hora y media nos encontramos en la cumbre del pico.


Acercándonos a la cumbre.


Vértice geodésico del Pico Águila.

Hoy es día de Nochebuena y no encontramos a nadie por aquí. Estamos solos. ¿Solos...?
En el cilindro de cemento del vértice geodésico se encuentran dos ejemplares de salamanquesa común (Tarentola mauritanica).


Salamanquesa común.

La situada en la parte inferior perdió la cola y la ha regenerado.
Desde la cumbre de este pico podemos observar, al oeste, la Sierra Blanca de Marbella, los Cuchillos de Sierra Canucha y el Torrecilla de la Sierra de las Nieves. Y, más cercano a nosotros, el Tajo de la Umbría en la Sierra de los Espartales.


Tajo de la Umbría en el centro de la imagen.

Encontramos a lo largo de nuestro recorrido olivilla, jara, manzanilla, enebros, romero, tomillo silvestre, palmito, lentisco, albaida, mejorana, coscoja, algarrobo, liquen blanco y frondosos ejemplares de sabina (Juniperus phoenicea).


Sabina.


Tomando anotaciones con el GPS.

Hace un viento fresco agradable para la marcha. El día es magnífico en cuanto a luminosidad, permitiendo observar el paisaje a nuestro alrededor a gran distancia.


Corazón de la Sierra Llana de Cártama.

El terreno está esponjoso al pisarlo, tras las lluvias de los últimos días. Vemos algunas plantas que crecen en terrenos húmedos como los candiles (Arisarum vulgare).


Candiles tímidamente escondidos.

Descendemos de la cumbre dirigiéndonos hacia el norte, siguiendo la magnífica vaguada del Arroyo de la Fuente de la Adelfa. El entorno es precioso. Merece la pena realizar la ruta en este tiempo porque el rumor del agua en las pequeñas cascadas del cauce nos acompaña durante gran parte del camino.


El Arroyo de la Fuente de la Adelfa.


Vaguada del Arroyo de la Fuente de la Adelfa.

Finalizando la vaguada nos dirigimos ahora nuevamente hacia Cártama por el Camino del Águila, para atravesarla de este a oeste.


Por el Camino del Águila.

Una vez en el pueblo tenemos la oportunidad de ver una de las columnas corintias del siglo II que fueron encontradas en 1752, siendo rematada con una cruz de Humilladero. Esta columna forma parte del Escudo Heráldico de Cártama.


Cruz de Humilladero.

La ruta es muy fácil. No tiene ninguna dificultad. La hemos realizado en 3 horas. Me gusta el montañismo, entendiéndolo como el ascenso a altas cumbres. Pero os aseguro que para disfrutar de la naturaleza plenamente sólo es necesario coger la mochila y andar. Existen rincones maravillosos muy cerca de donde vivimos.


Track de la ruta.



"...porque los cortesanos, sin salir de sus aposentos ni de los umbrales de la Corte, se pasean por todo el mundo, mirando un mapa, sin costarles blanca, ni padecer calor ni frío, hambre ni sed; pero nosotros, los caballeros andantes verdaderos, al sol, al frío, al aire, a las inclemencias del cielo, de noche y de día, a pie y a caballo, medimos toda la tierra con nuestros mismos pies..."

Miguel de Cervantes Saavedra
Don Quijote de la Mancha
Segunda Parte, Capítulo VI

sábado, 25 de diciembre de 2010

Buscando a Juan Antonio. Sierra Alpujata. 16 de Diciembre de 2010.

Comentarios: Antonio Arana.
Fotografías: Antonio y Alejandro.

Hace unos meses, Paqui y Domingo, dos mijeños que casualmente descubrieron este blog, contactaron con nosotros al comprobar que compartíamos la misma inquietud en la búsqueda de Juan Antonio Gómez, un estupendo montañero de la localidad que salió de su casa para realizar una ruta de montaña de varios días, como hacía con frecuencia, y no regresó.

Quedamos por teléfono en realizar una búsqueda conjunta por los alrededores de un pico que él visitaba a menudo: el pico Castillejos en la Sierra de Alpujata. Y hoy, jueves, es el día planificado para ello.

A las 08.30 horas nos encontramos en la cantera del Puerto de Ojén conociéndonos y hablando de Jose Antonio, de su familia y de las circunstancias de su desaparición. Paqui y Domingo han estado ya buscándolo en la zona que hoy vamos a peinar, pero refieren que es tan amplia que ellos dos sólos y tras un día completo de búsqueda, apenas pudieron abarcar una pequeña área de la misma.

Desde el Puerto de Ojén (580 metros de altitud) comenzamos a seguirlos en coche por un entramado de carriles que bordean la sierra hasta pasar Puerto Hondo y dejar los coches junto a una casetilla con una antena, a 1.050 metros de altitud y a 50 metros de la cumbre del Pico Castillejos. La pista que hemos seguido es muy peligrosa, con barrancos profundísimos que alternan a ambos lados de la Loma del Alcornoque. Hay que tener un poco de "sangre fría" y extremar los cuidados al conducir por aquí.


Casetilla y antena.

Tras andar unos 50 metros desde los coches, a las 09.40 horas nos encontramos junto al vértice geodésico del pico Castillejos (N 36º 35´ 33.5" W 004º 48´ 33.4").


Vértice geodésico del Pico Castillejos.

La vista desde la cumbre es excepcional, sobretodo hacia el oeste, pudiendo observar Sierra Blanca con el pico de la Concha y el Cerro del Lastonar, la Cruz de Juanar, el Cerro Nicolás y la Sierra Canucha con los afiladas agujas de sus Cuchillos y el Picacho de Castillejos. Al Noroeste se alzan los 1.919 metros del Torrecilla de la Sierra de las Nieves, la segunda cumbre más elevada de la provincia de Málaga tras la Maroma (2.068 metros).


La Sierra de Canucha.


A punto de comenzar la búsqueda.

Nos repartimos el terreno para peinar la zona norte, la zona sur y la cuerda que se dirige a Levante hacia el Cerro Águila de Coín.


Cuerda hacia el Cerro Águila. Al fondo, la Sierra de Mijas.

Buscamos en cada rincón rocoso, observamos cada barranco, realizamos un recorrido visual de sus arroyos en busca de algún indicio, cualquier color que contraste con la masa verdosa del matorral que tapiza toda la sierra...

Llego hasta un pico interpuesto entre el Castillejos y el Águila, con una altitud de 1.050 metros y de cumbre rocosa, deteniéndome un rato en ella para otear con los prismáticos en un ángulo de 360º. La sierra es inmensa y debemos conformarnos en algunas ocasiones con la detallada observación desde las atalayas que recorremos.


Cerca del Cerro Águila.

Recorro en gran parte la Loma del Cañuelo, un espolón que sale perpendicular a la cuerda que estamos recorriendo, en dirección sur.


Loma del Cañuelo.

Poco después, me reúno con Alejandro y Pepe al inicio de la citada loma para cambiar impresiones y realizar el regreso hacia el Pico Castillejos.


Al inicio de la Loma del Cañuelo. Detrás, el Pico Castillejos.

Sólo el naranja de los frutos del torvisco y nuestra ropa aportan una nota de color en esta sierra.


Torvisco (Daphne gnidium).

Observando el Pico Castillejos desde la lejanía podemos observar la casetilla con la antena, un pequeño grupo de encinas en la parte norte de la cumbre, y entre ambos, los coches aparcados a una altura sorprendente.


Pico Castillejos y coches.


Pico Castillejos y coches.


Sierra Blanca y Sierra de Canucha, al fondo.

El grupo de encinas de la cumbre está cercado y nos aprovechamos de ello al regreso al ascender los últimos metros hasta el vértice geodésico.


Alambrada en la cumbre.

Interrumpimos durante un rato la búsqueda para comer algo.


Paqui y Domingo.


Almorzando en el Pico Castillejos.

Cambiamos impresiones intentando entrar en la mente de Juan Antonio pero son muchas las conjeturas que se nos abren. Comento con todos la posibilidad de realizar en breve una ruta por las Sierras situadas al oeste de Ojén, bien partiendo desde el Refugio de Juanar hacia la Concha o hacia la Sierra de Canucha.


Dirigiendo la mirada hacia los Cuchillos de Sierra de Canucha.


Alejandro en un leve reposo.


Con Paqui.


El grupo dispuesto a continuar la búsqueda.


Loma del Cañuelo. Al fondo, Fuengirola.

Tras el frugaz almuerzo batimos la ladera sur. Paqui, a media loma, lucha con las aulagas. Domingo y yo exploramos todo el perímetro rocoso en busca de abrigos o cavidades. Encontramos una cueva con una angosta entrada por la que nos introducimos. No hemos traído frontales ni linternas y nuestra exploración resulta muy básica, limitada tan sólo a la primera sala junto a la entrada. Sería conveniente regresar otro día con cuerdas y frontales para recorrerla.


Encinas y rocas en la cumbre.


Cueva.


Un precioso mirador en la cumbre.


Domingo echando un último vistazo.


Sierra de la Cabrilla, Sierra Prieta y Sierra de Alcaparaín.

Poco a poco nos vamos reagrupando nuevamente. La luna en creciente se posa sobre el vértice geodésico de nuestro pico avisándonos del final de la ruta.


Luna y vértice del Pico Castillejos.





miércoles, 15 de diciembre de 2010

Pico Doña Ana. Altos del Sábar. 9 de diciembre de 2010.

Comentarios y fotografías: Antonio Arana.

Día de mitad de semana, jueves, con un cielo azul sin presencia de nubes y una temperatura deliciosa.

Tenemos un poco abandonada la zona de Alfarnate y hemos decidido, Pepe y yo, subir hoy el Doña Ana, uno de los tres picos que forman la Sierra de los Altos del Sábar, entre Alfarnatejo, al norte, y Riogordo, al sur. Es una montaña de 1.202 ms de altura. El Fraile tiene 1.229 ms y el Gomer 1.129 ms, siendo el más bajo de los tres.


Doña Ana. Delante la Sierrecilla del Sábar.

Decidimos acometer el ascenso desde el mismo pie del Tallón, un ancho paso natural entre el Doña Ana y el Gomer, a la izquierda; y el Fraile, a la derecha. Tras las lluvias de los últimos días, el terreno arcilloso forma un barro que se adhiere a las botas, incrementando el peso que tenemos que desplazar a cada paso.

A mitad del Tallón existe un collado con una vista preciosa de la cara norte del Gomer. En el collado hay una mole de unos 30 metros de altura que bordeamos girando hacia la izquierda en dirección a nuestro pico.


Mole en el Collado.

Una madrugadora hembra de cabra montés nos observa desde la cresta del Doña Ana.


Cabra prácticamente camuflada en la cresta.

Y un buitre leonado vigila también nuestros pasos mientras permanece posado al sol saliente, esperando las corrientes térmicas que al calentarse ascienden.


Buitre leonado en su posadero.

Desde la cumbre del Doña Ana la vista es verdaderamente impresionante, se mire a donde se mire. Al noroeste puede apreciarse La Sierra del Jobo con su altitud máxima, el Chamizo, con 1.641 ms, continuándose hacia el oeste con la Sierra de Camarolos (Pelado, Rodadero, Realengo, Cruz, Sierra del Enebral y Morrón de Gragea) y la Sierra del Co ó Peña Negra.


Mole en el Collado, Fraile detrás, y, al fondo, el Chamizo.

Al noreste, los picos Vilo y Gallo, entre Alfarnate y Periana. Al este, la Umbría, el Morrón de la Cuna y la impresionante Maroma. Y al sur, el pantano de Viñuela (actualmente al 73% de su capacidad, con 124 hm³ ).


Peña Negra y Sierra de Camarolos. Delante, el Gomer.

Ocho buitres leonados recorren el entorno sin apenas mover sus alas, pasando una y otra vez sobre la cresta del doña Ana.


Buitre leonado.

No se oye ruído alguno; las rocas van adquiriendo una tibieza cada vez mayor calentadas por el sol. Una paz inmensa nos absorbe.


Pepe en la cumbre del Doña Ana. Detrás, el Vilo.

El Cortijo de Doña Ana se despereza a 500 metros bajo nuestros pies. Hace unos años, un derrumbamiento en la parte nororiental del pico, pudo haberle jugado una mala pasada. Colosales bloques de piedra quedaron a medio camino entre la montaña y el cortijo.


Cortijo de Doña Ana.


En la cumbre. Al fondo, a la derecha, la Maroma.

La cumbre es totalmente rocosa y muy difícil de andar. Aunque prefiero este tipo de terreno a una pista forestal.


Pepe descendiendo entre rocas.

El Gomer se alza casi inexpugnable. La cara norte, la sombreada en la fotografía inferior, fue la ruta que elegimos hace unos 15 años mi amigo Jose Aguilar y yo para ascenderlo en escalada libre, sin casco, sin cuerda... sin sentido común. Fue la gilipollez más grande que he cometido en mis 20 años de montañero. Lo reconozco.


El Gomer.

Durante el descenso por el Tallón vamos recogiendo drupas de espino albar (majuelo) y bayas de escaramujos. Nunca he hecho licor con ellas y he dicidido hacerlo este año. Tengo en mi bodega licor de endrinas, de madroños, de moras, de dátiles y arresol (licor de café), hechos por mí. Dentro de unos meses valoraré su sabor. Por supuesto, estáis invitados...


Escaramujo o rosa canina.

Cien gramos de bayas de escaramujo contienen 2 gramos de Vitamina C. Así que los que suelan coger resfriados ya saben lo que tienen que hacer.


Majuelo cargado de drupas.

Llegando al coche, estoy a punto de pisar una culebra de escalera camuflada entre varios troncos. Pepe se da cuenta y mi bota queda suspendida en el aire.


Culebra de escalera.

Una mañana muy relajada.