viernes, 23 de agosto de 2013

Rutas nocturnas: Cerro de San Antón (7 Agosto 2013) y Cerro Benthomiz (11 Agosto 2013).


Comentarios:   Antonio Arana.
Fotografías: Antonio y Juanlu.

En la comarca de la Axarquía malagueña se encuentra el Parque Natural de las Sierras Tejeda, Almijara y Alhama, con montañas emblemáticas como la Maroma (2.068 ms), Navachica (1.831 ms), Lucero (1.774 ms), Almendrón (1.513 ms), Cielo (1.508 ms), entre otras muchas. Estas son las típicas montañas que suelen subirse en verano, en noches de luna llena. Sin embargo, hay otras, de mucha menor altura que constituyen una ruta alternativa para esas noches tan calurosas del estío. Durante el mes de agosto hemos ascendido dos de ellas: la primera situada prácticamente en el límite de la Axarquía con la capital malagueña, el Cerro de San Antón; y la segunda, en pleno corazón de dicha comarca, el Cerro Benthomiz.

He decidido unificar las dos rutas en la misma página del blog porque las hemos realizado con sólo cuatro días de diferencia y son rutas muy cortas.

Comenzaremos por el Cerro de San Antón o "Monte de las dos Tetas", como se le conoce en Málaga. Es una montaña con dos cumbres gemelas, la situada al oeste tiene una altura de 473 ms y, la situada a poniente, de 459 ms. Se le conoce como "Monte de las dos Tetas" porque sirve de referencia a los marineros cuando se acercan a la costa, pudiendo contemplar en ellas, sin necesidad de mucha imaginación, la forma redondeada de unos senos femeninos.


Parte norte del "Monte de las dos Tetas". Al fondo, la barriada de El Palo y el mar.

Ambas cumbres están separadas por un collado de 440 ms. de altitud.
Pero... ¿cuál puede ser el interés por subir esta pequeña montaña que no llega a los 500 ms. de altura? La respuesta es la maravillosa vista que se observa desde ella de la ciudad de Málaga, tanto de día como, especialmente, de noche.



Parte occidental del "Monte de las dos Tetas".

La ruta consiste en un delicioso paseo de apenas dos horas, con marcha muy tranquila, para coronar ambas cumbres. Aunque si queremos realizar un recorrido más largo, desde la cumbre situada al oeste podemos descender en dirección sur para bordear dicha cumbre por la parte de poniente y regresar nuevamente al collado. Esta alternativa es mejor realizarla de día porque de noche aumenta su dificultad debido a lo abrupto del terreno.

Partimos de la Urbanización Pinares de San Antón, ascendiendo en coche por la calle de las Palmeras, después, por la calle Sauces y, finalmente, por la calle Stradivarius. Dejamos el coche en un pequeño rellano junto a una pista ascendente cerrada por una cadena. Seguimos, ya a pie, por la pista hasta encontrar una vereda que nos llevará a la primera de las cumbres, la situada al este. Desde ella bajamos al collado y veremos de forma muy clara la subida a la segunda cumbre en la que encontramos una cruz metálica. La vuelta podemos realizarla por el mismo sitio o directamente desde el collado, bordeando la cumbre situada al este por la parte sur hasta regresar a la pista y al coche.



Cumbre situada al este.



Cumbre situada al oeste.

La mejor vista de la ciudad de Málaga y de la barriada de El Palo se obtiene desde la cumbre de poniente, abarcando incluso hasta Torremolinos.



Málaga desde el Cerro de San Antón.



Málaga con el puerto y la playa de la Malagueta.

Hemos elegido esta vez una noche sin luna y debemos echar mano de los frontales porque el terreno es muy pedregoso. Con luna llena sabéis que no es necesario recurrir a ellos.



Por el collado. 

La diferencia entre llevar los frontales encendidos o apagados es obvia en las dos fotos siguientes:



¿Esta era con los frontales encendidos o apagados... ? No lo recuerdo bien...



Bueno... ¡y esta es la otra foto...!

En una noche sin luna, contemplar el firmamento, las distintas constelaciones y las estrellas más importantes, es, sencillamente, una gozada.

El Monte de las dos Tetas es una montaña por la que tengo un especial cariño. En 1998 formé un pequeño grupo con mis hijos y sus amigos al que llamé Grupo Lince. Fue la primera ruta que hice con este grupo de alevines. En la cumbre situada al este escribimos cada uno un mensaje en un papel, lo colocamos en un pequeño recipiente de cristal con tapa hermética y lo enterramos para rescatarlo un año después. Por supuesto que regresamos al año siguiente y durante 4 años más, entre otras muchas rutas, hasta que comenzó a "salirle pelillos en el bigote y las axilas a los pequeñajos y cada uno decidió su propio camino quedándome yo, únicamente, con el grupo de montañeros veteranos que formamos en 1993: el Grupo Andax.

Y, a continuación, voy a referir de manera breve la ruta nocturna al Cerro Benthomiz,  de 711 ms de altitud, situado al sur del pueblo de Arenas.

¿Por qué ascender esta montaña la noche del 11 al 12 de agosto? ¡Exactamente!, porque es la noche de máxima actividad de las Perseidas, "las Lágimas de San Lorenzo". Y pretendemos matar dos pájaros de un tiro: hacer una pequeña ruta nocturna veraniega y disfrutar del espectacular firmamento celeste visible con luna nueva.

En la cumbre del Cerro Benthomiz se encuentran los restos de una gran fortaleza de la época medieval. Fue construída en el siglo XI y conquistada por los Reyes Católicos en 1487. Se conservan de ella sólo algunos restos como parte de la torre semialbarrana llamada "Torre Gorda" junto a la que han levantado una elevada antena de telecomunicaciones con un gran impacto paisajístico; un paño de muralla situado al noreste de la cumbre y que se llama "las 16 almenas" aunque yo nunca he contado más de 14; dos aljibes, en uno de los cuales se puede contemplar aún el sistema de arcada en su interior; un silo...
Y, como en tantos otros lugares, existe la leyenda de que los moriscos, antes de entregar la fortaleza, escondieron una campana de oro en la cumbre. Huelga decir que "aún debe estar escondida" porque nadie la ha encontrado. 



Junto a la Torre Gorda hay un vértice geodésico del Instituto Geográfico Nacional, colocado sobre un resto de muralla.



Cumbre del Cerro Benthomiz.



Vértice geodésico.

Extendemos las esterillas y los sacos de dormir junto al vértice geodésico y nos disponemos a mirar el cielo. Y aunque las estrellas fugaces pueden verse en cualquier lugar del firmamento, les indico a los compañeros  el lugar exacto desde el que partirán radialmente las Perseidas. Éste se encuentra entre las constelaciones de Casiopea (la W) y Perseo.

Las tenues luces de las casas que forman el pueblo de Arenas no impiden en absoluto la visión del cielo. Podemos apreciar, a lo lejos, los pueblos de Vélez-Málaga, Corumbela, Canillas de Aceituno, Sedella y  Canillas de Albaida.



Las lucecitas que se aprecian arriba, a la derecha, corresponden a Arenas.



Juntos y "casi revueltos".

A media noche comienza a hacer frío y rebuscamos en nuestras mochilas ropa para abrigarnos. Además, los pulgones de las plantas secas y los mosquitos no nos dejan en paz.



Y ocurre lo normal cuando estamos concentrados para ver las estrellas fugaces: siempre salen por un lugar distinto al que miramos y sólo vemos de soslayo un pequeño resplandor fugaz.

El frío aprieta y vamos buscando poco a poco el "calorcillo" de los demás.


 El intenso frío nos da risa ¿o es la contractura muscular de la boca debida al mismo?

¡¡¡Una!!! Y todos miramos hacia el lugar donde señala quien la haya visto. Así somos capaces de ver tres o cuatro estrellas fugaces enormes, de intenso resplandor y velocidad lenta que parece atravesar el cielo de parte a parte.

Entre una y otra "lágrima de San Lorenzo" Juanlu tiene tiempo para sacar sus capacidades fotográficas y realiza algunas bellísimas fotografías de la cúpula celeste. 


Cénit.

Yo, con mi Pentax de sólo 5 megapíxeles intento realizar también alguna foto y elijo el "Triángulo de verano" formado por las estrellas más brillantes de tres constelaciones: Altair (Águila), Vega (Lira) y Deneb (Cisne).


El "Triángulo de Verano".

Voy a dar alguna otra pista para poder localizar bien las estrellas que componen dicho "Triángulo".


Ahora mejor... ¿no?


No, no es ninguna estrella fugaz algo ebria, sino Juanlu "molestando" un poco al personal con su frontal...

Ante la "llovizna" de estrellas fugaces (que no "lluvia"), tiritando de frío y con picaduras en el 100% de la superficie corporal, decidimos regresar y ver las Perseidas por televisión.


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