martes, 15 de octubre de 2013

Travesía en el Cabo de Gata. 15 de Septiembre de 2013

Comentarios: Antonio Arana
Fotografías: Juanlu y Antonio.

El mes de septiembre constituye una buena época para andar por el Cabo de Gata porque disminuye de forma manifiesta la masificación de veraneantes, presentándose el entorno natural un poco más "virgen".

La ruta la he planificado en dos días aprovechando el fin de semana, dada la distancia de 200 km entre Vélez-Málaga y dicho parque natural. El primer día, sábado 14, será de relax. Y el domingo, día 15, haremos la ruta propiamente dicha, desde San José hasta el faro de Cabo de Gata.

Contratamos una zodiac en la Fabriquilla, junto a la Almadraba de Monteleva, para recorrer por mar la costa. Mañana lo haremos por tierra. Así tendremos dos visiones diferentes de la travesía.


Con Carlos, nuestro patrón, en la Playa de la Fabriquilla.

Así vamos recorriendo los distintos accidentes geográficos de esta preciosa costa. ¡Merece la pena! Hace un poco de Levante y la zodiac parece un caballo saltarín que aumenta el disfrute de la travesía.


Faro del Cabo de Gata.


Arrecife de las Sirenas.


Hacia Punta Baja, el verdadero Cabo de Gata geográfico.


Punta Baja y la Cala de las Sirenas.

Una vez que bordeamos Punta Baja podemos apreciar el Cerro de la Vela Blanca, llamado así porque en la parte que contacta con el mar hay un acúmulo de cenizas volcánicas que forman una preciosa y sorprendente mancha blanca semejando una vela desplegada. En lo más elevado del cerro hay una torre vigía medieval.



Cerro de la Vela Blanca.

A pocos metros hacia el este de la mancha blanca que parece un nevero, hay una cueva a la que se le ha dado el mismo nombre del cerro: Cueva de la "Vela Blanca".


Cueva de la Vela blanca.

En este lugar el agua adopta un color turquesa espléndido.

Continuamos saltando las olas enfrentando ahora unas de las playas más emblemáticas del Cabo de Gata: la Playa de la Media Luna y la Playa de Mónsul.


Playa de Mónsul con la duna rampante, al fondo.

Y de este modo, seguimos recorriendo la costa hasta llegar a la Playa del Barronal. Hace un mes hice este mismo recorrido en zodiac y acabamos bañándonos en esa preciosa playa, pero hoy el Levante pega fuerte en esta zona y damos media vuelta para dirigirnos a la Playa de la Vela Blanca donde nuestro guía aconseja el baño.


El magnífico baño.

Nos encontramos en el centro de un cráter volcánico, según Carlos que nos va impregnando de conocimientos de la zona. Toda la costa del  Cabo de Gata está constituida por acantilados volcánicos entre los cuales existen calas paradisíacas.

Tras un espléndido baño y con el mar picado retornamos hacia la Playa de la Fabriquilla. Vamos muy relajados. Le decimos a Juanlu que haga una foto del Arrecife del Dedo al cual vamos llegando y en la foto salimos nosotros, "desapareciendo" el dedo. Bromeamos a costa de Juanlu levantando todos un dedo en señal de cariñosa reprimenda.


¿Dónde está el "Dedo", Juanlu?

Diez segundos después pasamos al lado de dicho arrecife. Y continuamos riendo...


Arrecife de El Dedo.

Silvia y Eduardo no han podido dar este paseo con nosotros porque se encuentran buceando en este momento en otra parte del Cabo de Gata y nos envían algunas fotos submarinas de las maravillas que están contemplando.


Coral y posidonia oceánica.

Tras disfrutar durante la mañana de forma intensa, quedamos todos para almorzar en el Restaurante "El Otro Parque", en San José. El atún y las diferentes carnes están sabrosísimos. Lo aconsejamos. 


Continuamos "sacrificándonos" en este fin de semana.


Lomos de atún a la piedra. Un manjar exquisito.

Por la tarde tenemos la posibilidad de contemplar otras de las innumerables maravillas con que nos depara el Cabo de Gata: un atardecer para el que no hay palabras para describirlo. 


Atardecer en la Fabriquilla.

El faro del Cabo de Gata enciende su resplandeciente luz a esta hora de la tarde mientras contemplamos el sueño de las "Sirenas" en su arrecife.


Faro del Cabo de Gata.

Buscamos un sitio donde tapear en San José. La temperatura es espléndida. 


 Playa de San José.


Vista nocturna de San José.

La noche nos sorprende tapeando y Silvia, Eduardo y yo decidimos darnos un baño nocturno, desnudos, en la playa. ¡Ah, no...! No voy a poner ninguna foto...

Y, después del baño, seguimos aumentando el número y la intensidad de los "sacrificios" y nos tomamos unas copas en un pub frente al Hostal Las Gaviotas.


Sí.. esto también forma parte del "sacrificio"...

La euforia va ascendiendo cada vez más y comienza a "liársenos" la lengua. ¿Que cómo nos dimos cuenta...? 


Sin comentarios...

Nos acostamos a las dos de la madrugada porque a las 8 debemos estar en pie para comenzar la ruta.

Y ¡ya es domingo por la mañana! Tras desayunar, dejamos los coches en la Punta del Castillo, en San José, y comenzamos a andar bordeando el Cerro del Ave María hacia la Playa de los Genoveses. 


Vista de San José y su entorno desde la Punta del Castillo.


 Preparados para dar el primer paso ¡y unos cuantos más...!


El Morrón de los Genoveses, aún lejano.

Vamos encontrando a nuestro paso algunas especies botánicas características del Cabo de Gata.


Cornical. Periploca angustifolia.


Pita. Ágave americana.

Pisamos la primera de las calas mágicas de este parque natural: la Playa de los Genoveses que forma parte de la historia.


Playa de los Genoveses.

En los años previos a 1147, Almería fue refugio de célebres piratas como Maimono que era tío del almirante de la flota almorávide almeriense. Los catalanes, pisanos y genoveses sufrieron un gran daño en su economía debido a las correrías de los piratas. Ello hizo que en febrero de dicho año, genoveses y pisanos fondearan en esta playa para unir sus fuerzas con las del conde de Barcelona y del rey de Castilla. El 2 de octubre se llevó a cabo la ofensiva definitiva conjunta cayendo Almería.


Las últimas "Piratas" de la Playa de los Genoveses.


Punta del Castillo, Cerro del Ave María y Playa de los Genoveses.

¡Qué difícil es hacer una selección de fotos para el blog cuando se trata de una ruta tan maravillosa como la que estamos haciendo hoy! Para mí sería mucho más fácil colocar sólo unas cuantas fotografías en el blog a modo simbólico, pero pienso que poder ofrecer una información más completa, entre texto y, fundamentalmente, fotografías, que pueda servir de orientación a todos los que quieran realizar esta travesía en un futuro próximo, es algo muy interesante. Y ¿por qué pienso de esta manera? Si supiérais el trabajo y el tiempo que me ha llevado planificar la ruta buscando el nombre de los diferentes hitos y playas en distintas guías y en Internet para poder medir distancias y tiempos sin "columpiarme" a la hora de hacer el recorrido... Me hubiera servido de gran ayuda encontrar cuanta más información mejor.

Fiel a mi principio de ofrecer toda la información visual posible, abusaré de vuestro tiempo. Y que cada cual busque lo que más le interese de la travesía. No voy a enfadarme si dejáis el blog ¡palabrita!


Playa y Morrón de los Genoveses con su vértice geodésico.

Recorriendo la playa nos llama la atención lo que parece ¡una tortuga! y nos acercamos sorprendidos a ella pudiendo comprobar que se trata de un trozo de madera. Aunque la foto no tiene desperdicio... 


La "tortuga".

Tras recorrer 2.5 km desde el inicio, llegamos al Morrón de los Genoveses, habiendo empleado un tiempo de 50 minutos con marcha muy tranquila, deteniéndonos en múltiples ocasiones para observar el paisaje y hacer fotografías.


Playa de los Genoveses desde el Morrón del mismo nombre.


Vértice geodésico del Morrón de los Genoveses.


En el Morrón de los Genoveses.

Desde el Morrón podemos apreciar al suroeste una preciosa cala llamada "Cala de los Amarillos". Juanlu comienza a refunfuñar porque quiere que nos bañemos en ella y yo le digo que encontraremos otras muchas calas para bañarnos y que no me parece buena idea "perder" mucho tiempo al inicio de la ruta sin saber lo que nos deparará la travesía ya que no la hemos hecho previamente y no conocemos las dificultades que podemos encontrar en ella. Yo he calculado sobre mapas una distancia aproximada de 16 km y un tiempo total de cinco horas y media, incluyendo baños y otros descansos. Pero es difícil saber si esa planificación se atiene verdaderamente a la realidad del terreno. Finalmente, sin mucho convencimiento al respecto, Juanlu accede en continuar la marcha aunque sus protestas y refunfuños nos acompañan durante gran parte del camino.

 
Cala de los amarillos: la "Cala de Juanlu".


Capitana. Limonium sinuatum.
 

Cala de los Amarillos.

En el acantilado del Morrón de los Genoveses que da al mar, a todos nos parece contemplar la cara de un mono. La imaginación es libre.


 Cala de los amarillos y Morrón de los Genoveses con la "cara del mono".

Bordeamos la Cala de los Amarillos por una vereda que nos lleva en quince minutos a Cala Príncipe en la que observamos  una patera en la arena. Es una bonita playa aunque a Juanlu no le gusta y, probablemente, no le guste ya ninguna...


Cala Príncipe.

Ahora toca ascender un poco hacia el interior aunque sin dejar en ningún momento la línea costera. A unos 500 metros debe encontrarse Cala Chica, otra de las "Calas Mágicas" del Cabo de Gata, con una preciosa duna.


Hacia Cala Chica.


Cala Chica con su duna.

Llevamos una hora y media andando y hemos recorrido una distancia de 4.250 metros (GPS). Seguimos por la orilla y nos sorprenden los materiales volcánicos de los acantilados. Estamos llegando a las playas del Barronal y esta zona es verdaderamente preciosa.


Playas del Barronal.


Disfrutando junto al mar.


Playas del Barronal.

Vamos en dirección a una de las calas que más interés tengo en ver: la Cala de los Basaltos. Si no me equivoco, ya debemos estar muy cerca.


Playas del Barronal.

Tras una hora y tres cuartos y 5 km recorridos, llegamos a la Cala de los Basaltos. Es una cala que me impactó hace tiempo al ver una foto de la columna basáltica que hay a su orilla y siempre he tenido un gran interés en visitarla. Hoy estoy aquí y me encuentro muy contento. 


Cala de los Basaltos.


Junto a la columna basáltica.

El basalto, como la andesita, es una roca ígnea volcánica. Es el tipo de roca más común en la corteza terrestre y cubre la mayoría del fondo oceánico. También se encuentra en la superficie de la Luna y Marte y en algunos meteoritos.

En esta playa encuentro un ejemplar de azucena marina.


Azucena marina. Pancratium maritimum.

 Decidimos darnos un baño en esta playa paradisíaca. Juanlu, algo más calmado,  saca de la mochila su cámara acuática y hace unas fotos para el recuerdo.


Baño en la Cala de los Basaltos.


Entre foto y foto salimos a la superficie a respirar un poco ¿eh...?

Tras el baño continuamos nuestro camino hacia otra "cala mágica": la Playa del Barronal, propiamente dicha.


 Por las cenizas volcánicas. Al fondo, Punta Negra y el Cerro de la Vela Blanca.


Conglomerados volcánicos.


Llegando a la Playa del Barronal.

En casi todas las calas por las que vamos pasando encontramos personas solas y parejas nudistas. En este lugar debe desaparecer todo pudor. ¡Ah, no!... no voy a daros pistas sobre si nosotros también nos desnudamos...
Lo que sí os diré es que la adrenalina, la testosterona, los estrógenos y todas las hormonas habidas y por haber se nos suben al observar junto a la orilla a una chica desnuda a horcajadas sobre su pareja, dándole un masaje.


La Playa del Barronal, un verdadero paraíso.

Quiero que quede muy claro que pongo esta foto en el blog protegiendo el anonimato de la pareja. De otra forma, nunca se me hubiera ocurrido hacer la fotografía.


 Barrón. Ammophila arenaria. La especie botánica que da nombre a las Playas del Barronal.

Dejamos la Playa del Barronal ascendiendo por una marcada vereda que hay al final de la misma en dirección a la Playa de Mónsul a la cual llegamos en 10 minutos. Bajamos a la playa bordeando la duna rampante que está absolutamente prohibido pisar. A la izquierda vemos una gran roca aislada bañada por el mar que es la Punta de la Peineta.



Punta de la Peineta en la Playa de Mónsul.

Pasamos muy cerca de la Punta de la Peineta y mis pocas neuronas rememoran una escena de la película "Indiana Jones y la Última Cruzada" rodada en esta playa, en la que Sean Connery se dirije haciendo aspavientos con un paraguas hacia un grupo de gaviotas que al levantar el vuelo colisionan con un avión que les está disparando a él y al otro protagonista famoso de la película, Harrison Ford.


Punta de la Peineta.


Indiana Jones y la Última Cruzada con Sean Connery y Harrison Ford, mano a mano.


Harrison Ford interponiéndose en nuestra ruta.


 Playa de la Media Luna y Punta de Mónsul.

Estas dos playas anteriores son emblemáticas en este parque natural. No tienen nada que ver con las calas naturistas que hemos dejado atrás y que continuaremos encontrando dentro de poco tiempo. Son playas de "domingueros". Esto no quita para que antes de continuar nuestra ruta nos demos un baño en la Playa de la Media Luna para refrescarnos un poco. Llevamos 7 km desde el inicio de la ruta que hemos hecho en dos horas y media y aún calculo que nos quedan otros 7 km más.

En pocos minutos, tras un corto ascenso, pasamos por Cala Chicré, otra pequeña cala naturista resguardada por un pequeño acantilado amarillento. Y, a cinco minutos, encontramos otra cala llamada "Cala Carbón".Aunque no sé por qué razón le han puesto este nombre porque la playa está repleta de enormes guijarros redondeados de color rojo muy llamativo y no de color negro. Sus razones tendrán...


Cala Chicré.


Cala Carbón.


La curiosa y nada paradisíaca playa de Cala Carbón.

A unos veinte minutos de la Playa de la Media Luna y una vez atravesada Cala Carbón, llegamos a un acantilado de 91 metros de altura cuyos dos tercios superiores son de color negro y el tercio inferior de color claro. Se trata de "Punta Redonda".


Punta Redonda.

Ascendemos hacia la pista forestal que pasa por encima del acantilado y se dirige a la cumbre del Cerro de la Vela Blanca cuya caída hacia el mar constituye la llamada "Punta Negra".


Sobre Punta Redonda.

Entre Punta Redonda y Punta Negra se encuentra una raspa descendente desde la pista de color rojo cuyo nombre es... ¡venga valientes, atreveos a adivinar su nombre...! Eso es... ¡muy bien!: "Punta colorá".


 Punta Colorá, en primer término. Y, detrás, Punta Negra y el Cerro de la Vela blanca.

La raspa de Punta Colorá desciende desde la pista, iniciándose en una especie de chimenea rocosa que Juanlu intenta enderezar ante la mirada incrédula de Fernando.


Pues... ¡no le ha quedado mal...!

Desde este lugar podemos contemplar, hacia el este, Punta Redonda, la Punta y Playa de Mónsul, y la Punta de la Peineta.


Punta Redonda, en primer término. Más lejos, la Playa de Mónsul con su duna y la Punta de la Peineta.

En tres horas y media, tras 10 km de recorrido, nos encontramos en la cumbre del Cerro de la Vela Blanca, a 210 metros de altura sobre el nivel del mar. En la cumbre se encuentra una torre vigía del período nazarí (siglos XIII-XIV) y una antena.


Cumbre del Cerro de la Vela Blanca.

La pista termina en una cancela muy bonita donde una cadena impide el paso a vehículos motorizados.


Cancela y cadena en el Cerro de la Vela Blanca.

Desde este punto podemos contemplar una de las mejores vistas del Cabo de Gata.


 Vista desde la cumbre del Cerro de la Vela Blanca, hacia el este.

Desde aquí sólo nos queda descender hacia el Faro del Cabo de Gata que se encuentra a cinco km de la Vela Blanca. Esta es la parte de recorrido más penosa pues el asfalto está recalentado por el sol y llevamos los pies cansados. Pero ya llegamos casi a tocar el faro o, al menos, eso es lo que queremos creer.


Al fondo, el Faro del Cabo de Gata. A la izquierda, Punta Baja (verdadero Cabo de Gata geográfico).


 Un breve descanso en el descenso hacia el Faro.

Continuamos la pesada marcha por el asfalto. Al volver la vista hacia atrás podemos contemplar el majestuoso Cerro de la Vela Blanca y el altivo Arrecife de El Dedo, cerca de la mancha nívea de cenizas volcánicas y de la cueva que se encuentran al pie de dicho cerro en contacto con el mar.


Cerro de la Vela Blanca y Arrecife de el Dedo.

Tras cuatro horas y media de caminata y 15 km de recorrido en las botas, llegamos al Faro del Cabo de Gata. A ese tiempo hemos de sumarle una hora y media más entre baños en las calas y algún que otro descanso.


Llegando al Faro del Cabo de Gata.


 Arrecifes de las Sirenas desde el mirador del Faro.

Junto al Faro dejamos ayer el coche de Fernando que nos llevará a todos (en dos viajes)  a la Fabriquilla donde almorzaremos.


Cerros de la Testa y de San Miguel, junto a la Fabriquilla.

Y, ahora, ¡por fin "la cervecita"!

Así da gusto hacer rutas ¡eh, Fernando...?


Track de la ruta.


Perfil de la ruta.


Datos de la ruta.

Hemos realizado esta ruta de día para conocer bien todos los accidentes del terreno con el fin de repetirla el verano próximo, de noche, con luna llena. Debe tener un mágico encanto.





¡Hasta la próxima, montañeros!

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