Comentarios: Antonio Arana.
Fotografías: Antonio Arana, Alejandro y Juanlu.
¡Por fin 31 de Julio! Y digo ¡por fin! porque ya le queda menos al verano. No estoy en contra del estío pero... es que este año hace calor de verdad. El año pasado dominó el Levante y su frescura, y, este año, lo está haciendo el poniente.
Por ese motivo hoy haremos una ruta de agua. Y avanzo desde este momento que será una ruta muy light, típica de verano. Hace 2 años hicimos una ruta por los Acantilados de Maro y Bea no pudo venir. Le prometí entonces que la repetiríamos y en ello estamos.
Pasaremos el día en la Playa de las Doncellas. Desde hace más de una década la visito varias veces al año y me baño en ella. Es paradisíaca. Y solamente puede llegarse a ella a través de la montaña o por el mar. Eso hace que esté fuera del alcance de los domingueros.
Playa de las Doncellas. En verde, la ruta seguida.
Playa de las Doncellas.
Tiene una longitud de 50 metros y una anchura de 13 metros y se encuentra resguardada por el Peñón del Fraile, al oeste, y por el Peñón de la Torre Caleta, al este. En mi opinión es la playa más bonita de los Acantilados de Maro.
Como siempre, quedamos citados en el aparcamiento del hospital.
Fotografía de grupo.
Hoy Alejandro ha comprado churros que nos apresuramos a comer, si bien ya venimos desayunados de casa.
Los churros.
Alejandro repartiendo churros.
Todos haciendo un hueco en los estómagos a los churros.
Llevamos 2 piraguas y 4 kayacs para deleite del grupo.
Piraguas y kayacs.
Dije más arriba que a nuestra cala se llega sólo por la montaña o por mar. Me explico. En el límite de la provincia de Málaga con la de Granada, a unos 100 metros de éste, se puede acceder a la Playa del Cañuelo, si bien en verano sólo puede hacerse mediante un sistema de microbuses que acercan al dominguero, perdón... al bañista, a la misma playa mediante un módico precio: 2 € por dominguero, perdón... por bañista, ida y vuelta. Y esto es así porque dicha playa forma parte del Paraje Natural de los Acantilados de Maro y Cerro Gordo, con zonas marinas especialmente protegidas como son la pradera de posidonia y las praderas de zoosteras.
Nosotros nos aventuramos con los coches por la pista forestal que baja a la playa para dejar las piraguas y los kayacs en la orilla. Es inviable recorrer a pie los 1.200 metros de la pista cargando con ellos, sobre todo a la vuelta, debido al desnivel existente de 150 metros y a la enorme distancia. Así que nos encomendamos a la Pilarica, patrona de la Guardia Civil, para que no nos encontremos a ningún agente que nos multe por bajar con los coches. Si bien, debo aclarar que una vez descargadas las embarcaciones, subimos nuevamente los coches hasta la zona de aparcamiento junto a la estación de microbuses.
Los jóvenes son los encargados de llevar el avituallamiento (comida, cervezas, vino...) en las piraguas y kayacs hasta la Playa de las Doncellas, mientras que los veteranos descenderemos a pie con las mochilas, no por la pista, sino por una vereda que desciende hacia el sur, directamente hacia dicha playa. Pero antes es necesario esperar a que suban los coches tras la descarga.
Esperando para el descenso.
Una vez que todos los veteranos estamos juntos, comenzamos la ruta propiamente dicha. Son 1.200 metros de bajada con un desnivel de 150 metros. Hay tramos muy pendientes y resbaladizos por lo que llevamos botas de montaña. Hace 2 años comenzamos esta ruta en la Playa de Cantarriján, ascendimos el Cerro Caleta, visitamos la Torre Caleta y de allí descendimos a nuestra cala. Hoy vamos a hacer más corto el trayecto debido al intenso calor que hace.
El descenso hacia la playa.
Con el Cerro Caleta a nuestra espalda.
Por fin podemos apreciar la preciosa cala aunque aún no hemos terminado el descenso a la misma.
Los "cachorros" del grupo llegando a la playa en las piraguas.
Otro viaje de intendencia de los kayacs.
Acometemos la última parte de la ruta descendiendo por la pendiente de Levante del Peñón del Fraile.
Último descenso hacia la cala.
Tramo final del descenso.
Rozando ya el agua.
Una vez en la playa, nos desembarazamos rápidamente de las botas y de la ropa para disfrutar de un primer y merecido chapuzón. Poco después, cogemos las embarcaciones para recorrer la cala y sus alrededores. Longitudinalmente, la cala mide unos 200 metros hasta salir a mar abierto.
Bea disfrutando en la piragua.
Rejuveneciendo. Detrás la Cala de las Doncellas.
Bajo la Torre Caleta hay un pequeño arrecife que deja un estrecho paso por el que pasamos con los kayacs, una y otra vez.
Fernando a través del arrecife.
"Menda" por el arrecife.
Hay fotos que dicen despiertan la envidia "sana" en los demás. Y como soy un "cabroncete"... quiero despertaros algo de esa envidia...
¡Qué calor...!
Disfrutando en el agua.
Belvian.
Lute y Juanlu.
En la bahía del puerto de Copenhague se encuentra la escultura de "la Sirenita", símbolo de la ciudad, tallada en bronce por el escultor Edvard Eriksen que se inspiró en el cuento de hadas escrito en 1837 por Hans Christian Andersen, llamado la Sirenita.
Pues bien, en la Cala de las Doncellas tenemos también nuestra propia "Sirenita".
La Sirenita de la Playa de las Doncellas.
A ver qué se van a creer esos daneses con tanta historia... Como la de la "Dama desaparecida en el Chíllar 18 días..." Ummm... será mejor que me calle la boca para no crear un conflicto diplomático. ¡Ese sí que es otro "cuento"...!, digo... otra historia...
Voy a cambiar de tema. La siguiente foto va dirigida a los "incultos" que dudan que el mundo es redondo.
Jose hacia los confines del mundo.
Alejandro posando con "total espontaneidad..."
Y en esta foto, luchando cual Ulises en el arrecife de la "Sirena", digo... de la Torre Caleta.
Al fondo, a la izquierda, se insinúa la Torre de Cerro Gordo.
Los "cachorros".
Eduardo comenta que podríamos ir en las piraguas a Cantarriján para tomarnos un ron. Y nos parece una excelente idea. Recorremos en piragua los 1.100 metros que nos separan de la playa de Cantarriján y en un chiringuito nos tomamos el "digestivo".
Hacia Cantarriján.
Playa de las Doncellas y Torre Caleta.
Regresando de Cantarriján vuelca el kayac en el que viajamos Lourdes y yo. ¡Palabrita que el ron no ha tenido nada que ver...! Silvia y Eduardo nos socorren y, poco después, Inma y Fernando también se acercan.
El rescate.
Mi cámara de fotos ha estado a punto de bajar 16 metros a pulmón libre. Segundos antes de volcar estaba introduciéndola en el bote estanco sin que hubiese terminado de roscar la tapa.
Finalmente, conseguimos regresar a nuestra cala y, a las 20.30 horas, recogemos las cosas y volvemos a los coches, los cachorros en piragua y los veteranos sudando la gota gorda a través del monte.
Playa del Cañuelo y Torre del Pino, al fondo.
Y, como colofón de la ruta de hoy, una adivinanza. Es difícil acertarla aunque no imposible:
En la diapositiva siguiente se encuentran las dos sirenitas citadas en el texto. ¿Seríais capaces de distinguir cuál es la de la Playa de las Doncellas y cuál la de Copenhague? Venga, valientes...
4 comentarios:
Genial, bonita playa y aventura, yo voy a intentar seguir vuestros pasos este domingo, a ver si hay suerte.
Gracias por la info, vamos para allá. La sirenita lo mejor!!!!
Gracias por la info, vamos para allá. La sirenita lo mejor!!!!
Buenas! Acabo de leer vuestro día de aventuras y hay algo que no entendí muy bien: los cachorros llegan a las Doncellas en piragua con los víveres mientras los mayores acarreáis las piraguas a mano campo a través, no? O sea, desde donde navegan los jóvenes? Dónde embarcan? Es una ruta muy atractiva. Enhorabuena por su sentido del humor.
Alfonso.
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