martes, 30 de noviembre de 2010

La Umbría. 18 de noviembre de 2010.

Comentarios y fotografías: Antonio Arana.

Hoy es jueves 18 de noviembre y la meteorología nos ha dado un breve respiro que aprovechamos Pepe Martín y yo para ascender a la cumbre de la Umbría, una montaña de 1.358 metros de altitud, conocida también en tierras de Zafarraya como "El Hoyo del Toro".

La ruta comienza desde el mismo Boquete de Zafarraya, en dirección oeste, ascendiendo una intensa pendiente junto al Tajo de la Umbría, guardián del Puerto de Zafarraya.


Ascenso junto al Tajo de la Umbría.

Es muy temprano, hace bastante frío y un tímido sol comienza a lamer los tejados de la parte norte de las Ventas.


El despertar de Ventas de Zafarraya.

Tras 40 minutos de ascenso, llegamos a un collado que nos permite contemplar al suroeste el Pantano de Viñuela, el enriscado pueblo de Comares, el Santopítar en los Montes de Málaga y la azulada línea de nuestro mar.


Vista desde el collado.

Bordeando la cresta por el lado norte, llegamos a un enorme agujero natural que perfora la sierra de norte a sur, ofreciendo un excelente abrigo al montañero y al pastor.


Agujero natural.

En la foto podría parecer que se trata de un "agujerito". Pero observad las dos fotografías siguientes para que os hagáis una pequeña idea pues ni aún así puede valorarse la gran superficie del mismo.


En el interior del "agujerito".

Este rincón es uno de los puntos emblemáticos de esta ruta y os aconsejo que os acerquéis a él.
La parte sur del mismo acaba en un cortado hacia la antigua vía del tren de Zafarraya que sólo puede descenderse con cuerda. Junto al cortado hay una pared repleta de serpenteantes raíces, siendo necesario agarrarse a ellas al arriesgarnos a hacernos una foto.


En la parte sur del "agujerito".

Debemos retroceder hacia el norte para salir de esta zona, llegando en pocos minutos a la cresta de la Umbría. Una cresta muy difícil de andar al estar formada por una continuidad de moles rocosas, no teniendo sentido subirlas y bajarlas. Es la octava vez que nos encontramos en esta cresta en los últimos 17 años. Unas veces la hemos bordeado por la izquierda y, otras, por la derecha. Sólo en una ocasión la afrontamos directamente aunque es un sobreesfuerzo que no conduce nada más que a agotar nuestras fuerzas. Hablo con Pepe y aunque la roca en la parte norte está resbaladiza, decidimos bordear la cresta por este lado con cuidado para no perder mucha altura.

En la foto inferior nuestra ruta discurre por el lado de sombra hacia el pico cónico que se aprecia al fondo. Por supuesto, decir que aún no se trata de la cumbre de la Umbría.


Cresta de la Umbría, en dirección oeste.

El sol comienza a levantar su cabeza llegándonos en algunos momentos sus rayos, aprovechándolos para subirnos como lagartijas a alguna roca para obtener un documento gráfico del maravilloso paisaje que podemos contemplar desde aquí.


Zafarraya y la Sierra de Loja.


El incombustible Pepe.

Hacia el este podemos apreciar Sierra Nevada con sus altos picos nevados. Y al oeste, la preciosa Torca, con sus 1.500 metros de altitud. Una montaña que para mí tiene un magnetismo especial. Las vistas desde su cumbre son excepcionales y su cresta completamente rocosa la hace muy atractiva para quien le gusta andar por ese tipo de terreno. Se puede ascender a la Torca continuando la cresta desde la Umbría, pasando por el Cerro de Marchamona, llegando al Mirador de Veredas Blancas y ascendiendo por la parte este hasta su vértice geodésico. También puede subirse desde el Puerto del Sol, directamente desde Guaro o desde la cantera que hay a la salida de Zafarraya hacia Loja. Una montaña que también hemos subido en ocho ocasiones y desde todas las partes citadas.


La Torca.

A nuestra espalda, al este, se divisa "la Cuna", guardián de Ventas de Zafarraya. Se trata de una verde y elevada meseta en el centro del macizo montañoso coronado por el Morrón de la Cuna. Semeja, vista desde aquí, el cráter de un volcán.


La meseta elevada de la Cuna sobre Ventas de Zafarraya.

Una vez que coronamos el pequeño cerro cónico, avanzamos por la propia cresta para dirigirnos, posteriormente, hacia el lado sur. Vemos algunas cabras monteses que, asustadas al no esperar a nadie en su territorio, desparecen rápidamente de nuestra vista.


Por la cresta de la Umbría.

De este modo, andando esta vez por la agradable solana, llegamos al Hoyo del Toro, una especie de llano alargado a cuya entrada hay dos majuelos con algunas drupas rojizas. Al fondo del llano podemos apreciar otro cerro de forma cónica que esta vez sí se trata de la cumbre de la umbría.


Hoyo del Toro. Al fondo, la Umbría.

Tras dos horas y media de marcha, empapando nuestras retinas del paisaje, habiendo visto vida en forma de cabras monteses y llenando nuestros pulmones del aire libre aunque fresco de la mañana, llegamos a la cumbre de la Umbría. En ella hay un vértice geodésico. Si siguiéramos la cresta, encontraríamos otro en la Torca. Y si atravesáramos el Puerto del Sol, el siguiente se encontraría en el Vilo, y el siguiente en el Chamizo y el siguiente...


Vértice geodésico de la Umbría.

En la cumbre hace un viento frío y Pepe trata de evitarlo descendiendo pronto hacia el sur, el lado gratamente soleado. Yo decido permanecer unos minutos más junto al vértice geodésico haciendo fotografías. Soy de los que aman la tradicional fotografía analógica y una de las últimas personas en adquirir una cámara digital hace tan sólo 5 años. Pero he de reconocer que ha merecido la pena el cambio sólo por unas cuantas razones, aunque de peso (y nunca mejor dicho): en primer lugar, porque no es lo mismo hacer una ruta con 3 kg de más, entre la cámara, los carretes de fotos, los distintos objetivos...; segundo porque cuando hacía unas fotos no sabía si habían salido bien hasta pasados unos días, cuando mi amigo y gran fotógrafo veleño Pepe Cuenca, finalizaba el revelado con un sistema de alta calidad profesional. Y si no salían bien, tenía que decidir si repetir ruta o dar las fotos por perdidas. Y, en tercer lugar, porque con mi pequeña cámara digital de 600 gramos de peso que llevo enganchada en el cinturón, puedo disparar "chiquichentas" fotos a un mismo objeto, desde todas partes, y pudiendo comprobar in situ la calidad de las mismas.

Y encontrándome en estos menesteres, veo aparecer por el oeste un pajarraco que parece una rapaz. Sorprendido y nervioso observo que el pájaro se coloca encima de mi cabeza, a unos siete u ocho metros de altura y se queda contemplándome curioso. Consigo hacerme con la cámara pero mi "amigo" decide darse una vuelta hacia el oeste. No obstante, mantengo la cámara en la mano por si se decide a regresar. En un principio me ha parecido un águila real, pero su cabeza no me cuadra con ella y la cola es cónica, terminada en punta, aunque con los nervios de sacar la cámara no he podido observarlo bien.


El pajarraco y el vértice de la Umbría.

No han transcurrido ni 30 segundos desde que se alejó cuando nuevamente se acerca y se queda quieto sobre mi cabeza, a la misma altura de 7-8 metros. Comienzo a hacer fotos como un loco sin saber si en el campo de enfoque estoy cogiéndolo. Se va nuevamente y, aunque no os lo creáis, por tercera vez vuelve a observarme a poca altura. Ahora, con más tranquilidad, me permite sacarle unas cuantas fotografías y se aleja definitivamente. Miro en la pantalla de la cámara si han salido y veo que sí. Lo que no sé aún es si han salido desenfocadas o no (no traigo mis gafas...).

Desciendo buscando a Pepe que se encuentra a unas decenas de metros y le cuento esa "mágica relación" entre hombre y pájaro. Le comento que me ha parecido un águila real pero no estoy muy convencido. Coloco abajo unas cuantas fotos del pajarraco.


Alejándose hacia el oeste. Al fondo, la Sierra del Co.



He quedado con Juan Manuel Cabello y Quirri Botella en ir a los Acantilados de Maro
el día 24 para fotografiar machos monteses. Faltan 6 días para ello por lo que estas fotografías no saldrán a la luz en el blog hasta que se las enseñe a Quirri, un especialista en pájaros de todo el mundo, un gran montañero y un mejor amigo.


Zafarraya desde la cumbre de la Umbría.

Realizamos el descenso hacia la antigua vía del tren de Zafarraya, recorriendo un corto trayecto hasta el puerto del mismo nombre o Boquete de Zafarraya. Pero antes pasamos por debajo del collado al que nos asomamos tras la dura pendiente de ascenso al inicio de la ruta y que se encuentra muy cerca del abrigo que taladra la sierra de norte a sur, accidentes geográficos que pueden contemplarse en la fotografía.


Abrigo y collado en el Tajo de la Umbría.


Antigua vía del tren de Zafarraya.

Desde la pista trazada sobre la antigua vía del tren podemos observar, además, el Tajo de la Cuna y, detrás, a su derecha, la mole del Morrón de la Cuna. Igualmente, al sureste, hay una bella visión de los Castillones, la Loma de las Víboras, el Cerro de la Majada del Arce, Cerro Mojón, Peña del Águila y la cima de la Maroma.


Los altivos Cerro Mojón y Peña del Águila.

Seguimos andando hasta llegar al túnel por el que pasó el tren hasta el año 1960. Tras él se encuentra ya la carretera comarcal que atraviesa el Boquete de Zafarraya, límite entre las provincias de Málaga y Granada.


Túnel. Detrás, el Tajo de la Cuna.


El túnel del nostálgico tren de Zafarraya.

Llegamos así al final de nuestro itinerario.


Track de la ruta.


NOTA: tras enviarle a Quirri las fotografías del "pajarraco" hace unos días, acabo de recibir un email que dice textualmente
:

"Es un quebrantahuesos. Primera cita en nuestras sierras. Un puntazo, colega. Un abrazo, Quirri".

Creo que hay motivo para estar contentos. Existe un proyecto desde hace varios años para introducir el quebrantahuesos en nuestro hábitat.

¡¡¡Bienvenido, "pajarraco"!!!







3 comentarios:

Carlos Ruiz dijo...

Hola a todos, soy Carlos Ruiz y trabajo como técnico en el proyecto de reintroducción del quebrantahuesos en Andalucía.
Efectivamente, el "pajarraco" del que habláis es uno de los ejemplares de quebrantahuesos liberados en el proyecto de reintroducción.
En concreto se trata de Blimunda, una hembra liberada en la sierra de Castril en junio de este año.
Desde que comenzara a volar a finales de julio, ha ido ampliando poco a poco su área de campeo, empezando a salir del valle donde fue liberada a mediados de septiembre, y realizando sus primeros desplazamientos fuera de la sierra durante octubre, hasta que finalmente salió en el viaje que le ha llevado hasta Málaga.
Este ejemplar es ya capaz de encontrar alimento por sí mismo, de buscar posaderos y lugares de pernocta adecuados y se desenvuelve bien en las interacciones con otras especies (buitre leonado, águila real).
Si quisierais saber más sobre el proyecto, os animo a que visiteis nuestra web: www.gypaetus.org
Un saludo y hasta pronto.

Felipe R dijo...

Hola a todos, mi nombre es Felipe Román y soy coordinador social y uno de los zoólogos de la Plafaforma "Sierra Bermeja, Parque Nacional". Estas imágenes me han impresionado muchísimo y me han dado mucha envidia. Ojalá pronto podamos ver algo igual en estas sierras pardas donde un día lo divisaran los cazadores Chapman y Buck entre el final del siglo XIX y el principio del XX (Unexplored Spain, 1910).
Enhorabuena a los que tuvieron el afortunado encuentro y enhorabuena a los que se están currando la reintroducción del quebranta.
Saludos

Iñaki dijo...

Ando buscando un track para GPS de esta ruta, ¿podrias ayudarme?
pepitogrillo8@gmail.com