sábado, 12 de febrero de 2011

La Umbría - Marchamonas - La Torca. 15 de enero de 2011.

Comentarios y fotografías: Antonio Arana.

Tenemos una asignatura pendiente desde el año pasado y hoy hemos decidido aprobarla con sobresaliente: realizar la travesía de la llamada "Sierra de Alhama" en el Mapa Topográfico Nacional de España a escala 1:25.000 (1040 - I Zafarraya). Pero debo hacer antes una aclaración. Y es que no debe confundirse esta sierra con aquélla llamada del mismo modo y que constituye la parte nororiental del Parque Natural de las Sierras Tejeda, Almijara y Alhama, al sur de Játar, Arenas del Rey, Fornes y Jayena.

Nuestra Sierra de Alhama se extiende desde el Boquete de Zafarraya hacia el oeste, separándola de la Sierra de Enmedio (Vilo, Gallo y Morrón de Malinfierno) el Puerto del Sol. La componen tres picos: la Umbría (1.352 metros), Marchamona (1.274 metros) y la Torca (1.505 metros).

Mañana muy fría y cielo completamente despejado. Por múltiples circunstancias personales, el grupo se ve reducido hoy a tan sólo seis montañeros: Ana, Inma, Pepe y 3 Antonios (mi hijo, Antonio Correa y yo mismo).


Inicio de la ruta en el Boquete de Zafarraya.

En el Boquete de Zafarraya, junto al puente que constituye el límite provincial entre Málaga y Granada, si nos colocamos mirando hacia el oeste, podemos observar una larga y pendiente ladera con un impresionante tajo rocoso a su izquierda. Esa es la ladera por la que hemos decidido subir. Existe una alternativa, mucho más cómoda, bordeando el tajo hacia el sur pero quiero enseñarles a los compañeros un precioso rincón que no veríamos de ese modo.

El sol asciende lentamente lamiendo con su calidez los tejados de Ventas de Zafarraya.


El despertar de Ventas de Zafarraya.

La pendiente es fácil aunque nos falta el resuello. Son 200 metros de desnivel (de 915 a 1.214 metros de altitud) nada más salir de los coches, sin haber tenido tiempo de calentar las piernas.

Una vez en la cresta, el alma montañera comienza a darse cuenta del por qué subimos las montañas. No es sólo por la mera realización de un ejercicio físico o de un reto personal para el espíritu. Lo hacemos, además, por la sensación de libertad que nos embarga al contemplar los campos, los pueblos y su gente, a vista de pájaro. ¿No habéis sentido en alguna ocasión el deseo de volar? Pues es algo parecido para los que no hacemos parapente ni ala delta.


El inicio de la cresta.

En un recodo, al sur, nada más iniciar la cresta, se nos abre a la vista un enorme abrigo que atraviesa el macizo rocoso de norte a sur.


Abrigo.

Merece la pena detener nuestra marcha unos minutos y entrar en él. Tiene unos 20 metros de anchura y termina en un pequeño tajo imposible de descender sin medios técnicos. En la parte izquierda, junto al tajo, hay una hiedra impresionante. Desde el interior del abrigo puede verse la cola del Pantano de Viñuela, el enriscado pueblo de Comares y el pico Santopítar en los Montes de Málaga.


Interior del abrigo.

Una vez visitado este precioso rincón, dejamos la cresta para descender hacia el sur y por esta parte dirigirnos hacia el Hoyo del Toro.


Hacia el Hoyo del Toro. Detrás el macizo donde se encuentra el abrigo.

Encontramos algunos ejemplares de lirios silvestres.


Lirio silvestre o Iris planifolia.


Llegamos a una especie de dolina herbosa, inmensa, al final de la cual podemos ver el pico de la Umbría, nuestro primer hito.


Hoyo del Toro desde el este. Al fondo, el macizo cónico de la Umbría.


Hoyo del Toro desde el oeste. Al fondo, Sierra Nevada.

Nos detenemos para comer algo. En esta zona, dicen los lugareños que hay una cueva. Yo no sé exactamente dónde se encuentra pero llevo oyendo de su existencia muchos años. La nombran algo así como "la Cueva del Guajico". Y, por supuesto, no tiene nada que ver con la Cueva del Boquete descubierta en el verano de 1988, en la que algunos investigadores encontraron una mandíbula, un fémur y otros restos de un Hombre de Neanderthal de 40 años de edad y 1,61 metros de altura al que llamaron "Hombre de Zafarraya". Esta última cueva tiene la entrada bloqueada por una reja.

A las dos horas y media de iniciar la ruta nos encontramos en la cumbre de la Umbría que tiene un vértice geodésico.


Cumbre de la Umbría (1.352 metros de altitud).

Impresiona contemplar desde aquí el poljé de Zafarraya con sus cientos de pozos artificiales para regadío. Al sur, la vista llega hasta el mar. Y, hacia el oeste, se aprecia claramente el resto de nuestro recorrido por la cresta de la Sierra de Alhama.


Hacia Marchamonas. Al fondo, a la derecha, la Torca.

Dejamos atrás el pico de la Umbría. En la parte norte hay un magnífico pinar que contrasta con la zona pelada de la solana.


Hacia Marchamona. Detrás, la Umbría y, al fondo, la Maroma.

El cielo tiene un color azul límpido. Las altas cumbres de Sierra Nevada se alzan al noreste pintadas de blanco.


Cresta rocosa hacia Marchamona.

Llegamos al Pico Marchamona en una hora y cuarto, desde la Umbría. Este pico no tiene vértice geodésico. Su altitud es de 1.274 metros.


Cumbre de Marchamona.


En la cumbre de Marchamona. Al fondo, Sierra Nevada y la Maroma.

A partir de aquí se complica la ruta porque el descenso de Marchamona se hace por un terreno rocoso con gran abundancia de raíces en las que se enganchan las botas una y otra vez. En 45 minutos llegamos a un precioso mirador al final de una ruta que se hace desde Zafarraya y que se conoce como "Vereda Blanca". El mirador se encuentra a 1.152 metros de altura. Hace años estaba rodeado por troncos que le daban forma de balcón. Hoy día han desaparecido. No tengo más remedio que hacer una crítica a los políticos a quienes correspondan el mantenimiento de "Vereda Blanca". Dicha vereda se inicia en la parte norte de la base de Marchamona, junto a una adecuación recreativa totalmente en ruínas. Hay monolitos de piedra que van señalando la vereda hasta llegar al mirador. Hay que venir a este lugar para encontrar la paz durante un rato.
Adjunto un dibujo de esta ruta que no tiene ninguna dificultad y puede hacerse acompañados de niños pequeños desde los 3 ó 4 añitos y de novias que no tengan costumbre de andar por el monte. Unos y otras disfrutarán también la ruta. Creedme.



Desde el Mirador de Vereda Blanca, se inicia la última parte de la ruta de hoy. Es la más bonita para mí, aunque de una gran dureza. No hay vereda y se camina por rocas continuamente, teniendo en cuenta, además, que el mirador se encuentra a 1.152 metros de altitud y debemos ascender por este terreno hasta los 1.505 metros de la Torca.



La "vereda" hacia la Torca.

La cresta de la Torca es muy estrecha y desde ella el paisaje es impresionante, se mire a donde se mire. Pero hay que andar con sumo cuidado si le tenemos cariño a nuestras rodillas y tobillos.
Aquí no pueden aterrizar los helicópteros de rescate. Y descender hasta el llano de Zafarraya con una pierna rota es mejor no pensarlo...


Por la creta de la Torca. Detrás, Marchamona y la Umbría.

Pasamos junto a un monolito hecho con piedras. Un día lejano, el 12 de junio de 1994 (día de elecciones al Parlamento de Andalucía y al Parlamento Europeo), hice esta ruta solo y me detuve en el monolito para colocar una piedra más. Han pasado casi 17 años desde entonces. Las únicas diferencias que se aprecian en las dos siguientes fotos son: el gran crecimiento de casas de labor y depósitos en el llano de Zafarraya, la ropa que llevo que es mucho más técnica y el color de la barba que ha cambiado su color castaño de antaño por uno más acorde con las níveas montañas de Sierra Nevada. En cuanto al pelo, hay un enorme cambio pero el secreto queda guardado y resguardado por el gorro.


El monolito hoy.


El monolito el 12 de junio de 1994.

Si os fijáis con atención, el monolito está compuesto exactamente por las mismas rocas de entonces. Pocos montañeros han pasado por esta sierra desde entonces o lo han hecho sin aumentar la altura del monolito con otras rocas. ¡Ah!, llegué a tiempo para votar.

Continuamos andando por la cresta hacia la Torca. Los cuádriceps van tensos. Y hay algunos pasos un poco complicados que sorteamos con precaución.


Antonio Correa y Pepe en la cresta de la Torca.

Un buen rato despúes, hartos algunos ya de rocas y protestando por la ausencia de veredas en estas tierras, llegamos a una verde y bucólica pradera. En ella hay una pequeña laguna.


Laguna con la cercana cumbre de la Umbría, al fondo.

Mi hijo Antonio hace una foto de la laguna sencillamente genial. Y, por supuesto, hay que darle gusto al chiquitín colocándola en el blog. Por cierto, el "chiquitín" tiene 22 años de edad y mide 197 cm. Lo digo más que nada por si alguna joven montañera quiere hacerme el favor de sacarlo de una vez del "hogar paterno"...


La laguna.

Por fin llegamos a nuestra tercera y más alta cumbre: la Torca. Tiene vértice geodésico. A sus pies se encuentra una gran cantera en el extremo occidental del poljé de Zafarraya, muy cerca del Cerro del Palique.


Vértice geodésico de la Torca.


Cumbre de la Torca.

Como podéis comprobar, en las fotos, el terreno no invita a tumbarse para descansar un rato.


Una preciosa vista de Zafarraya y la Maroma desde la Torca.


Dos generaciones de Antonio Arana. El tercero, "el Abuelo", no está hoy día para estos trotes.

Sin apenas descansar porque la noche se nos viene encima, iniciamos el descenso directamente hacia la cantera. Una bajada con 450 metros de desnivel. El cansancio va haciendo mella en algunos. Pepe viene quejándose de una contractura en el cuádriceps derecho desde hace un rato. Afortunadamente ha venido acompañado de su masajista femenina particular. Pero, ahora que lo pienso... es la primera vez que Pepe sufre una contractura en sus más de 20 años de montañero aguerrido. Me parece que va buscando el "masajito"...


Pepe y su "contractura".

El descenso no es tampoco un camino de rosas. Hay que currárselo y bien. Pero ya vamos viendo cerca el final de la ruta y ello nos anima a continuar.


Descenso hacia la cantera.

Llegamos a la cantera con la noche encima. Los últimos rayos del sol dan un tono rosado a Sierra Nevada.


Sierra Nevada, al fondo. En primer plano el Cerro del Palique.



Track de la ruta.


Perfil de la ruta.


Recorrido total: 10.770 metros.
Desnivel de ascenso: 857 metros.
Desnivel de descenso: 702 metros.
Tiempo total: 9 horas.
Picos subidos: 3 (Umbría, Marchamona y Torca).
Dificultad: alta.
Lesionados: 4 de 6 (aunque leves).

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