domingo, 15 de abril de 2012

Pico de los Lastonares y Pico Cabras. 15-4-2012.

Comentarios: Antonio Arana.
Fotografías: Antonio y Juanlu.

El día 21 de diciembre de 2011 unos pocos compañeros hicimos la ruta que hoy repetimos. En aquélla ocasión la idea era encontrar una ruta de descenso fácil y cómoda para traer al resto del grupo sin encontrar grandes complicaciones ¡¡¡porque complicaciones hay todas las que se quieran y más!!! Cada vez que hemos subido a esta sierra (y han sido ya unas cuantas) lo hemos hecho de forma diferente, bien el ascenso o el descenso; coronando primero el Pico Lastonares o el Pico Cabra...

La ruta "oficial", la que indican los libros de montaña ("Por los caminos de Málaga". Primtel Ediciones. 1992) es ascendiendo desde la Fuente de la Yedra hacia Puerto Lucena, siguiendo una línea de postes de alta tensión que se dirigen de norte a sur. Una vez llegados a este puerto, se toma la dirección oeste para acercarse al Pico Cabras y coronarlo después.

Sin embargo, esa ruta no la hemos hecho nunca. Y se debe a que hay una alternativa mucho más atractiva en mi humilde opinión. A unos 300 metros de la Fuente de la Yedra, en dirección hacia Málaga capital, hay una gasolinera Repsol. En el elevado farallón rocoso que le guarda las espaldas a dicha gasolinera se abre una garganta muy estrecha por donde discurre el Arroyo del Madroño. Ese será nuestro camino.

El día promete aventura. Está completamente nublado. Hace un frío que "corta el cutis". Las plomizas nubes se asientan sobre la cumbre y laderas del Pico Lastonares. Y todo hace presagiar que el tiempo irá empeorando de forma progresiva.


Junto a la Fuente de la Yedra (10.15 horas. Altitud 750 metros).


Fuente de la Yedra... bueno... de la "Ye".

Creo que no costaría nada restaurar los tres pequeños azulejos que se han caído del frontal de la antigua y emblemática fuente malagueña. No sé a quién le compete pero si yo fuese el dueño del restaurante que hay junto a la fuente, me gastaría unos pocos euros en ello. Que no os quepa la menor duda.

Hace 20 años, se podía andar por la garganta rocosa casi sin complicaciones. Sólo debíamos tener cuidado con las ramas de las zarzas que, a ras del suelo, intentaban traicionar nuestros pasos. Pero de eso ha pasado mucho tiempo. Ahora, el frondoso arroyo del Madroño está completamente invadido por las zarzas que alcanzan una respetable altura dificultando el ascenso por el mismo, o, mejor dicho, por sus zonas laterales. El cauce del propio arroyo es totalmente infranqueable por la vegetación.


Ascenso por la garganta (10.30 horas).

A lo anterior hay que añadir que hay mucho barro y la roca está mojada: una combinación perfecta para encontrar algún serio problema. Pero vamos decididos a hacer la ruta y tienen que ponerse las condiciones climatológicas muy malas para volvernos. Aunque si es necesario lo haremos. Siempre debe imperar el menos común de los sentidos.



Sorteando algunos pasos complicados.

Vamos con mucho cuidado, sin excesos de confianza. Un resbalón puede hacer que nos golpeemos contra las rocas y tengamos una fractura, o, cuanto menos, caer al cauce entre zarzas que llegan a los 3 metros de altura, con lo cual sería casi imposible salir de esa situación.

Nos vamos acercando a un acogedor abrigo que hay en un recodo de la ladera sur de la garganta. Es nuestro primer hito en la ruta.


Llegando al abrigo.


Profundo abrigo natural en la roca (10.52 horas. Altitud 796 metros).


Saliendo de la garganta.

Una vez que salimos de la garganta, continuamos la marcha por la parte sur del arroyo aunque, poco después, hay que cambiar de vertiente, atravesando una alambrada. Y, posteriomente, hay que hacer lo contrario, sin que ya sea necesario volver a cruzar el arroyo nuevamente.


Por la vertiente sur del Arroyo del Madroño.


Por la vertiente norte del Arroyo del Madroño.

Llegamos así, tras una hora y media de camino, a una inmensa dolina cuyo color verde es muy grato para la vista.


Dolina (11.45 horas. Altitud 1.000 metros).

Es un enorme prado rodeado de farallones rocosos. Se ha formado por la disolución de la caliza por parte del agua, rellenándose después con las tierras rojizas producto de la erosión. En otras palabras, estamos rodeados de terreno kárstico.

En la parte suroeste de la dolina hay un bosque de olmos. Entre la hierba encontramos algunas orquídeas que no por ser muy frecuentes son menos bellas.


Orquídea amarilla (Ophrys lutea).

A nuestra izquierda, al sur, se encuentra el Pico Cabras. Y, a la derecha, al noroeste, el Pico Lastonares.
Hemos decidido ascender primero este último pico y, en segundo lugar, el Pico Cabras, para descender por la ruta "oficial" de los postes de alta tensión y así conocerla.


Dolina y Pico Cabras, detrás.


El esfuerzo del ascenso entre rocas resbaladizas y el fuerte viento imperante.


Este es el "maravilloso terreno" por el que vamos ascendiendo: rocas y barro.
Al fondo, la dolina y el Pico Cabras.


Hay que llenar los pulmones de aire. Por lo menos de vez en cuando...

Un cielo plúmbeo se cierne sobre nosotros y sobre las sierras de alrededor.


Torcal de Antequera, al fondo, a la derecha.

El viento se hace inaguantable. Y la sensación de frío va siendo cada vez mayor.


Cresta del Pico Lastonares.


Vamos acercándonos unos a otros buscando un poco de protección y de calor.

Curiosamente, las nubes no forman la conocida "montera" sobre el Torcal. Están un poco más altas, a unos 1.400 metros de altitud. La cumbre del Camorro Alto, sin embargo, si se ve amputada por el manto nuboso.


Torcal de Antequera.


Cumbre del Pico Lastonares (12.50 horas. Altitud 1.264 metros).

Podemos contemplar desde este lugar el macizo del Torcal de Antequera, la Peña de los Enamorados, el Pico Conjuro y las lagunas (Grande y Chica) de Archidona, el Pico Buitreras...

Descendemos rápidamente hacia un collado (Collado de los Lastonares) donde nos detendremos a tomar algo, a resguardo del viento. Algunos descienden más rápidos que otros... ¿verdad, Juanlu...?


No me dio tiempo a fotografiarlo en el suelo...



Hacia el collado.

En la ladera sur del Pico Lastonares hay una formación rocosa que semeja una esfinge vigilante de unos 5 metros de altura.


"La Esfinge".


Descansando en el collado.


Ladera sur del Pico Lastonares.

Nos acercamos por un ancho y ascendente corredor verde a la base del Pico Cabras. Algunos compañeros se han colocado los chubasqueros porque la presión atmosférica está cayendo de una forma alarmante y sentimos que en muy poco tiempo las nubes van a soltar sobre nosotros su húmeda y abundante carga.


Hacia el Pico Cabras.


Restos de nieve del día anterior entre las rocas.

A las 14.15 horas coronamos la cumbre de nuestro segundo pico.


Cumbre del Pico Cabras (altitud 1.283 metros).


Aguantando el intenso viento frío durante un minuto para hacer la foto en la cumbre.

La autovía de las Pedrizas serpentea a unos 600 metros por debajo de donde nos encontramos.



Cerro Prieto y Puerto de las Pedrizas.

Encontrándonos en la cumbre nos llama Javi que no ha podido venir hoy con nosotros. Nos dice que se ha estrellado una avioneta en la zona de el Trapiche, cercana a Vélez-Málaga, probablemente debido a la fuerza del viento.

El paisaje que podemos observar desde la cumbre de esta montaña es formidable.


Cumbre del Pico Cabras.


Cumbre del Pico Cabras.

Y, como venían anunciándonos nuestros cuerpos... de buena a primera se "abren las nubes" en forma de tormenta de granizos.


La granizada.

Afortunadamente, el tamaño de los granizos es como guisantes y rebotan en nuestras prendas de gore-tex sin llegar a mojarnos siquiera. Si en lugar de granizo hubiese sido agua, estaríamos ahora empapados descendiendo de forma intensa, pisando rocas mojadas con nuestras botas llenas de barro. ¡Un poema... vaya!...

El Pico Chamizo, al este, cambia en pocos minutos su color gris por el color blanco.


Los primeros granizos.


Los primeros granizos.

Descendemos en dirección noreste hacia un pequeño collado desde el cual continuaremos bajando siguiendo ya el trazado eléctrico. A los amantes de la cartografía, os remito al mapa del Instituto Topográfico Nacional 1.039 I, a escala 1:25.000. En él podréis seguir, sin pérdida nuestros pasos. Es muy fácil hablar de "noroeste", "sureste", "collado", "garganta", "dolina"... pero si no tenéis algún tipo de imágenes como pueden ser fotografías, dibujos, o, sobre todo, un buen mapa... es muy difícil "comprender" la ruta que se narra.

Al principio, cuando comenzamos nuestros primeros pasos por las montañas, llevamos ropa más o menos normal y un calzado poco adecuado para este tipo de deporte. Y, por supuesto, no disponemos de libros ni, mucho menos, de mapas. Pero a medida que la afición al montañismo va creciendo en nosotros y nos estimula para continuar conociendo nuestro mundo "a vista de pájaro", vamos adquiriendo poco a poco unas buenas botas con Gore-tex y suela Vibram, un buen forro polar, chaquetón de Gore-tex, calcetines Torlo o Lomper..., bastones telescópicos (dos mejor que uno), pasamontañas, bragas de cuello, gafas técnicas para la nieve, una colección interminable de libros de montaña, de mapas (al 1:50.000, al 1:25.000, al 1:10.000...), guías de plantas, de animales, de minerales... De esta forma vamos "enriqueciéndonos" en el aspecto del conocimiento de nuestro entorno y "empobreciéndonos" en el aspecto económico...


Pico Cabras, a nuestra espalda.

Si miráis la fotografía anterior, tendríamos que haber bajado desde la cumbre por la grieta que se observa cerca del centro de la foto, un poco a la derecha, en la que se observa la imagen de un estrecho árbol. Pero, aunque es el verdadero paso natural en el descenso, me asomé antes de dirigir al grupo al mismo y pude ver que el desnivel es corto aunque intenso y con el terreno resbaladizo por lo que hoy no era la mejor opción. Así que continuamos descendiendo por la pendiente rocosa hacia el árbol de copa ancha que se aprecia al centro-izquierda de la fotografía.

Y de aquí, buscando el pequeño collado situado al este para descender en dirección norte directamente a la autovía, muy cerca de la gasolinera Repsol y paralelos a la garganta del Arroyo del Madroño que queda a nuestra izquierda. Pasamos junto a los primeros postes de alta tensión y Juanlu, nuestro ingeniero, nos va metiendo las cabras en el corral informándonos de las decenas de miles de voltios que discurren por la línea eléctrica que hay sobre nuestras cabezas; de la posibilidad de "quedarnos fritos" si se forma un arco voltaico al pasar junto a los postes; de que nuestros electrones corporales están a punto de salirse de nuestros cuerpos por la atracción magnética de la corriente eléctrica... En fin que vamos oliendo un poco a "caca".

Para relajarse un poco, Inma y Fernando se ponen a coger espárragos reuniendo un pequeño manojo aunque suficiente para una tortilla para la cena de esta noche.


Los espárragos de Fernando.

Llegamos a la antigua carretera nacional junto a la autovía y seguimos en dirección oeste unos 700 metros hasta la Venta de la Yedra, donde tenemos estacionados los coches. Dejamos a nuestra izquierda el Arroyo del Madroño.


Garganta del Arroyo del Madroño.

Después de todo, hemos tenido suerte con el tiempo. No vamos mojados aunque continúa haciendo frío. Pero a esto vamos a ponerle remedio en 5 minutos en la propia venta...

Al día siguiente de la ruta, recibí llamadas de los compañeros que por diversas razones no pudieron hacerla con nosotros. La pregunta era la misma, una y otra vez: ¿pudísteis salir ayer con el tiempo que hacía...? La respuesta ya la conocéis...


Track de la ruta.

En el Track, los puntos numéricos son los siguientes:

01 Inicio de la garganta.
02 Abrigo rocoso.
03 Llegada a la Dolina.


Perfil de la ruta.


Recorrido: 9.510 metros.

Desnivel aproximado: 800 metros.

Tiempo total: 6 horas y 30 minutos.

Picos subidos: 2 (Pico de los Lastonares y Pico Cabras).

Dificultad: este dato sí que es complicado porque aunque personalmente la considero de dureza fácil-moderada, esta consideración depende de la experiencia que se tenga en la montaña y de la meteorología reinante. Lloviendo, granizando y con barro, la ruta es dura; al igual que si la realizamos en verano desprendiendo calor las rocas. Tampoco es lo mismo hacerla por el arroyo del Madroño (más difícil) que siguiendo la línea de alta tensión... En fin, con buen tiempo y con un poquito de preparación física, la ruta está al alcance de cualquiera. Pero esto es extensivo para cualquier otra montaña que queramos ascender.

Os voy anticipando ya la próxima ruta que realizaremos el martes 1 de mayo (festivo):

Sierra Elvira, en la vega de Granada.


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