viernes, 25 de julio de 2014

Visitando las plantas carnívoras de la Sierra Tejeda. 6 de Julio de 2014

Comentarios:  Antonio Arana.
Fotografías:   Antonio Arana.

Desde hace 23 años que supe de la existencia de plantas insectívoras en la Sierra Tejeda y, concretamente, en la ruta que asciende hasta la cumbre de la Maroma por la parte norte, desde el Cortijo del Robledal Alto, es raro el año que no voy a visitarlas en compañía de mi gran amigo y compañero de grupo Pepe Martín. Nosotros las llamamos "las carnívoras". Sólo las hemos visto florecer la segunda quincena de junio y la primera semana de julio. Son unas flores tan frágiles y delicadas que duran muy poco tiempo.

Y ya que nos encontramos en esa primera semana del mes de julio, hemos decidido ir a echarles un vistazo. Y, "de paso", coronar la cumbre de la montaña más elevada de la provincia de Málaga con sus 2.068 metros. Y no me voy a detener  en narrar la ruta con todo detalle porque ya lo hice en su momento en otra parte de este blog. Va a ser, más bien, un pequeño reportaje fotográfico que complemente, de forma visual, la información que podemos obtener a través de blogs de distintos grupos de montañaque le han dado su toque particular a esta ruta.

Comenzamos en una explanada existente junto al Cortijo del Robledadl Alto, al cual se llega por una pista forestal que se inicia a un lado del Restaurante la Alcaicería, en la carretera de Ventas de Zafarraya a Alhama de Granada.
A 100 metros de la explanada la pista tiene una cadena que impide el paso de vehículos. Son las nueve de la mañana y nos encontramos a 1.100 ms de altitud aproximada.

Inicio de la ruta que asciende a la Maroma por el Robledal.

Tras una hora de paseo tranquilo llegamos a un paso estrecho entre rocas conocido como el "Contaero".


Pepe en el Contaero.

Poco después llegamos a una especie de mirador natural en el que hay colocado un panel informativo con el nombre de "Valle del Temple" en el que unas flechas señalan distinto tipo de vegetación y de accidentes del terreno. ¡Ojo que hay flechas desplazadas del lugar que quieren indicar como, por ejemplo, las que intentan señalar los picos Malascamas y Albucaz. Dichos picos son los que fotografío abajo y no los señalados en el panel.




Al oeste se encuentra el Cerro Palomica.


Cerro Palomica.

Y al sur, los tajos en los que se encuentran nuestras plantas "carnívoras" y los primeros tejos.





Tajo Sol.





Digital negra. Digitalis obscura.


 Torvisco macho. Daphne laureola.

Tras recorrer el Collado de Rojas llegamos al inicio de los tajos del Cerro del Nido del Águila donde sabemos que se encuentran las plantas que hemos venido a visitar, además de los primeros tejos.


 Grasilla. Pingüícola dertocensis.

La grasilla, nuestra planta "carnívora" sale de un rosetón basal de hojas con un mucílago al que se adhieren los insectos. Esta planta atrae a sus presas mediante su olor fúngico y el color verde-amarillento de sus hojas. Los insectos quedan adheridos a las gotitas de mucílago que producen los pelos glandulíferos. Durante el forcejeo al intentar escapar contactan con otros pelos y quedan atrapados por el mucílago.

Otro tipo de glándulas comienzan a emitir una secreción viscosa que contiene enzimas digestivas que producen una digestión externa y, posteriormente, la absorción del fluído resultante va a parar a unas pocas de células de almacenamiento.




Durante la fase de captura y digestión las hojas tienden a recurvarse lentamente hacia arriba para aumentar el contacto con las presas.

Quien espere encontrar una planta "carnívora" de un metro de altura, devorahombres, no debe realizar esta ruta porque puede quedar un poco desilusionado por el tamaño real de la planta: unos 12 cm de los cuales apenas 1.5 cm corresponde a la flor propiamente dicha.


 Grasilla con sus presas adheridas, comenzando a rizar sus hojas.

Unos minutos después de fotografiar las "carnívoras" llegamos a los primeros tejos.


 Pepe leyendo una información sobre el tejo.


Hojas del tejo. Taxus baccata.

En esta época el tejo no presenta aún su fruto, el carnoso y rojizo arilo. Debemos esperar hasta el otoño para observarlo.


Centaura menor. Centaurium erytrhaea.


Mostajo. Sorbus aria.

Por encima  del Salto del Caballo hay un pequeño tejo junto a la vereda que se dirige al Puerto de las Loberas. A su sombra hacemos un pequeño descanso ya que hemos decidido llegar a la cumbre de la Maroma. Nos encontramos a algo más de 1.800 metros de altura y tan sólo nos separa un desnivel de 250 metros de la cumbre. Así que iremos a por ella.


La hora del bocata...

Realizamos el ascenso dirigiéndonos hacia el oeste, directamente hacia la cumbre de Tajo Sol. Desde aquí fotografío las montañas que se alzan al este, en la lejanía.






Muy cerca ya del vértice geodésico, pongo una piedra más en el monolito situado a unos 150 metros de aquél. ¡Y van 49! Una por cada ascensión.


Vértice de la Maroma, a la derecha.


Vértice geodésico de la Maroma a 2.068 metros de altitud.

Encontramos sólo a una pareja que se marcha en este momento y a un "lobo solitario" en el vivac situado justo detrás del vértice, en la parte norte.

Hemos tardado cuatro horas porque nos hemos recreado tranquilamente, como siempre,  en el paisaje y en la flora existente en esta ruta.


Por mucho que mire hacia arriba, aquí no hay escaleras hacia el cielo. Nos encontramos en el punto más elevado de la provincia de Málaga.


Encontramos un precioso ejemplar de pampajarito, de color amarillo intenso. 


Pampajarito. Sedum acre. 

Y ¡cómo no!, la salvia officinalis tan abundante en Sierra Tejeda. 


Salvia officinalis en flor.

A un nivel inferior encontramos una preciosa flor azul, el lino (Linum usitatissimum).


Lino entre un enebro (juniperus communis).


Rosa canina o escaramujo, muy rico en Vitamina C y en taninos. Su fruto es comestible.


Dejando atrás el Salto del Caballo.


Lavanda. Alhucema de Andalucía. Lavandula lanata.

La Alhucema de Andalucía es una planta endémica de las montañas de esta región. 

Encontramos una flor que llama mucho la atención por su colorido en forma de pijama rayado, cuyo nombre no recuerdo. Ya la buscaré en mis guías de botánica... 


Mi desconocida. 

Y, entre tantas bellezas botánicas, disfrutando unas veces de su colorido y, otras, de su aroma, llegamos sin darnos cuenta, nuevamente, al Contaero. Unos 40 minutos nos separan ya del final de la ruta.


Contaero.

Las mariposas son mucho más difíciles de fotografiar que las flores aunque, a veces, deciden posar para la cámara. 



La mariposa de la foto inferior recopila polen de la jara blanca, ajena al peligro que la acecha entre sus pétalos...




En el último momento ha conseguido levantar el vuelo...




Hasta la próxima ruta.







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