Comentarios y fotografías: Antonio Arana.
Día de mitad de semana, jueves, con un cielo azul sin presencia de nubes y una temperatura deliciosa.
Tenemos un poco abandonada la zona de Alfarnate y hemos decidido, Pepe y yo, subir hoy el Doña Ana, uno de los tres picos que forman la Sierra de los Altos del Sábar, entre Alfarnatejo, al norte, y Riogordo, al sur. Es una montaña de 1.202 ms de altura. El Fraile tiene 1.229 ms y el Gomer 1.129 ms, siendo el más bajo de los tres.
Doña Ana. Delante la Sierrecilla del Sábar.
Decidimos acometer el ascenso desde el mismo pie del Tallón, un ancho paso natural entre el Doña Ana y el Gomer, a la izquierda; y el Fraile, a la derecha. Tras las lluvias de los últimos días, el terreno arcilloso forma un barro que se adhiere a las botas, incrementando el peso que tenemos que desplazar a cada paso.
A mitad del Tallón existe un collado con una vista preciosa de la cara norte del Gomer. En el collado hay una mole de unos 30 metros de altura que bordeamos girando hacia la izquierda en dirección a nuestro pico.
Mole en el Collado.
Una madrugadora hembra de cabra montés nos observa desde la cresta del Doña Ana.
Cabra prácticamente camuflada en la cresta.
Y un buitre leonado vigila también nuestros pasos mientras permanece posado al sol saliente, esperando las corrientes térmicas que al calentarse ascienden.
Buitre leonado en su posadero.
Desde la cumbre del Doña Ana la vista es verdaderamente impresionante, se mire a donde se mire. Al noroeste puede apreciarse La Sierra del Jobo con su altitud máxima, el Chamizo, con 1.641 ms, continuándose hacia el oeste con la Sierra de Camarolos (Pelado, Rodadero, Realengo, Cruz, Sierra del Enebral y Morrón de Gragea) y la Sierra del Co ó Peña Negra.
Mole en el Collado, Fraile detrás, y, al fondo, el Chamizo.
Al noreste, los picos Vilo y Gallo, entre Alfarnate y Periana. Al este, la Umbría, el Morrón de la Cuna y la impresionante Maroma. Y al sur, el pantano de Viñuela (actualmente al 73% de su capacidad, con 124 hm³ ).
Peña Negra y Sierra de Camarolos. Delante, el Gomer.
Ocho buitres leonados recorren el entorno sin apenas mover sus alas, pasando una y otra vez sobre la cresta del doña Ana.
Buitre leonado.
No se oye ruído alguno; las rocas van adquiriendo una tibieza cada vez mayor calentadas por el sol. Una paz inmensa nos absorbe.
Pepe en la cumbre del Doña Ana. Detrás, el Vilo.
El Cortijo de Doña Ana se despereza a 500 metros bajo nuestros pies. Hace unos años, un derrumbamiento en la parte nororiental del pico, pudo haberle jugado una mala pasada. Colosales bloques de piedra quedaron a medio camino entre la montaña y el cortijo.
Cortijo de Doña Ana.
En la cumbre. Al fondo, a la derecha, la Maroma.
La cumbre es totalmente rocosa y muy difícil de andar. Aunque prefiero este tipo de terreno a una pista forestal.
Pepe descendiendo entre rocas.
El Gomer se alza casi inexpugnable. La cara norte, la sombreada en la fotografía inferior, fue la ruta que elegimos hace unos 15 años mi amigo Jose Aguilar y yo para ascenderlo en escalada libre, sin casco, sin cuerda... sin sentido común. Fue la gilipollez más grande que he cometido en mis 20 años de montañero. Lo reconozco.
El Gomer.
Durante el descenso por el Tallón vamos recogiendo drupas de espino albar (majuelo) y bayas de escaramujos. Nunca he hecho licor con ellas y he dicidido hacerlo este año. Tengo en mi bodega licor de endrinas, de madroños, de moras, de dátiles y arresol (licor de café), hechos por mí. Dentro de unos meses valoraré su sabor. Por supuesto, estáis invitados...
Escaramujo o rosa canina.
Cien gramos de bayas de escaramujo contienen 2 gramos de Vitamina C. Así que los que suelan coger resfriados ya saben lo que tienen que hacer.
Majuelo cargado de drupas.
Llegando al coche, estoy a punto de pisar una culebra de escalera camuflada entre varios troncos. Pepe se da cuenta y mi bota queda suspendida en el aire.
Culebra de escalera.
Una mañana muy relajada.
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