martes, 8 de septiembre de 2009

Río Verde (Otívar. Granada). 11 de julio de 2009.

Comentarios: Antonio Arana.

Esta vez va también la ruta de agua. Hemos cambiado los Acantilados de Maro con la preciosa Playa de las Doncellas, por Río Verde con sus pozas de agua cristalina.

Pepe, Javier y yo mismo hemos decidido echarle un vistazo a la parte inferior del Barranco de las Chorreras. La confluencia de este barranco con el Río Nacimiento (Junta de los Ríos) da lugar a Río Verde.

Desde Almuñécar tomamos la carretera de la Cabra hacia Otívar. Poco después, dejamos a nuestra izquierda el palacete de la Marquesa de Cázulas y, a menos de 1 km, a la izquierda de la carretera, llegamos a una verja con una casetilla donde es necesario pagar un peaje para bajar por el carril a la Junta de los Ríos. Al parecer, el carril es privado perteneciendo a una cooperativa. La cuota es de 5 € por persona más otros 5 € por cada coche. Suponiendo una afluencia de 100 personas en 25 coches en un día, arrojaría una suma de 625 €. En verano se supera esa cifra de personas debido a que es temporada de descenso del barranco mediante rappel. Si parte de esa cifra de dinero redundara en mantener el carril en buen estado y en hacer algunas actuaciones que faciliten el aparcamiento cerca del inicio de Río Verde, limpieza y mantenimiento, etc, las cosas tomarían otro color y veríamos hasta con buenos ojos el pago de ese impuesto. Vaya por delante mi respeto a los miembros de dicha cooperativa.

El comienzo de ese carril queda fuera del Parque Natural de las Sierras Tejeda, Almijara y Alhama. Pero la continuación del mismo entra de lleno en el área de dicho parque natural.

Creo que todos los montañeros, senderistas, aventureros que realizan descenso de cañones y familias que buscan un tranquilo chapuzón en las pozas del río, agradeceríamos la negociación entre Medio Ambiente y dicha cooperativa con un buen resultado que satisfaga a todas las partes. Pero también deberíamos comprometernos a mantener la zona limpia, no molestar a los animales, no cortar plantas y no alterar el entorno de ninguna otra manera. Actualmente se dice que este tema se encuentra en el Juzgado.



Junta de los Ríos.

Pepe atravesando el primer puente colgante.

El comienzo de la ruta es precioso. Tras dejar atrás la Junta de los Ríos, con poca agua dada la fecha en que nos encontramos, atravesamos el Barranco de las Chorreras por un puente colgante sobre una maravillosa poza que invita a un primer refrescón.


Poza bajo el primer puente colgante.

La vereda asciende ahora hasta llegar a un primer mirador hecho de piedras y tablones de madera con una visión majestuosa del barranco y del Pico Grajillas.

Primer mirador.

Continuamos el ascenso pasando junto a una era y llegando a un segundo mirador construido de la misma forma que el primero. Desde la Junta de los Ríos hemos invertido un tiempo hasta este hito de 25 minutos, con marcha tranquila y paradas frecuentes para realizar fotografías y admirar el paisaje.



Hacia el segundo mirador.

Observamos impresionantes formaciones de toba calcárea en las márgenes del cauce. El sol va calentando el ambiente y vamos deseando ya descender al río para resfrescarnos.

Toba calcárea.

Descendemos, por fin hasta atravesar el cauce por un puente de madera desprendido sobre el mismo por las lluvias de hace unos años.



Puente desprendido.

A pocos minutos llegamos a la base de un gran abrigo con maravillosas estalactitas. Mediante una escalera rocosa ascendemos hasta casi tocar el techo del mismo.

Gran abrigo.

Gran abrigo.

Gran abrigo.

Vista desde el gran abrigo.

Unos minutos después pasamos junto a otro puente destruido por la riada. Aunque no existen problemas para continuar por el cauce.



Puente destruído.

Llegamos, un centenar de metros más adelante, a una pequeña poza donde decidimos bañarnos, comer algo y relajarnos. El agua está fresca pero el baño es inevitable.



Pequeña poza.

A 30 metros existe otra poza mucho más grande, con una preciosa cascada y un puente colgante en buen estado para atravesar el río. Pero decidimos quedarnos en la poza pequeña y dejar para más adelante esa parte del barranco. Nos topamos con un grupo de barranquistas que se deleitan saltando a las pozas o rapelando con sus trajes de neopreno. Esa sí que es una verdadera aventura. Nosotros hemos realizado el descenso de este río con cuerdas en tres ocasiones y tenemos planificado volver a hacerlo el próximo año.

Grupo de barranquistas durante el descenso del río.

Durante el regreso podemos ver varios ejemplares de cabra montés.


Cabra montés.

Acabamos la ruta en la terraza del Restaurante El Capricho, bajo un olmo...

Restaurante El Capricho.

... comiendo un suculento pollo al ajillo acompañado de un tinto de verano bien frío.

Pollo al ajillo.

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