martes, 24 de enero de 2012

El Fuerte de Frigiliana. Miércoles, 18 de Enero de 2012.

Comentarios: Antonio Arana.
Fotografías: Manmen y Antonio.



Hoy acompaño a un grupo recién creado en el Hospital Comarcal de la Axarquía. Se llama "Grupo de Senderismo Intensivo". El nombre le ha sido dado porque la mayoría de los componentes del mismo trabajan en la Unidad de Cuidados Intensivos del hospital. Creo que el nombre es un acierto y suena bastante bien.

Hoy es la tercera ruta que realizan. La primera fue la Maroma; la segunda, el Lucero; y hoy estamos dispuestos a subir el Fuerte de Frigiliana. Esta montaña, además de tenerle personalmente un especial cariño porque fue la primera que ascendí al desplazarme a vivir a la Axarquía hace ya 20 años, está cargada de historia. En nuestra comarca hay dos montañas emblemáticas desde el punto de vista histórico: el Lucero y su íntima relación con el maquis en la postguerra; y el Fuerte de Frigiliana porque fue el último refugio del pueblo morisco en la Axarquía. Los cristianos, derrotaron a los moriscos en esta sierra el sábado 11 de junio de 1569, muriendo 500 hombres y casi mil trescientas mujeres y niños, siendo cautivados más de tres mil personas.

Esta parte de la historia de la Axarquía se cuenta en una serie de doce mosaicos colocados en las bellas callejuelas del pueblo.

Desde la Plaza del Ingenio, donde se encuentra la única fábrica de miel de caña que actualmente continúa funcionando en Europa, llamada Nuestra Señora del Carmen, callejeamos por el Barribarto hasta salir del casco urbano.


Plaza del Ingenio de Frigiliana.


Por el Barribarto de Frigiliana.


La historia de los moriscos contada en mosaicos.

Llegamos al Pozo de Lízar junto a la loma donde se encontraba situada la fortaleza del mismo nombre quedando aún algunos restos de la misma. Desde aquí iniciamos propiamente la ruta subiendo por unas escaleras de roca que nos lleva directamente a la vereda.

La vista de la Sierra Almijara es soberbia desde esta zona.


Sierra Almijara.

Hacemos varios altos en la ruta, no por cansancio sino para contemplar el maravilloso entorno que nos rodea. Al sur, la vista llega hasta Nerja y el mar. Al norte y al este, distinguimos cada una de las montañas que conforman nuestra sierra.


Un descanso en la ruta.


Manmen con el Lucero y el Cisne, al fondo.


Ejem... sin comentarios...


Lucerillo, Lucero y el Cisne.


Mirador del Lucerillo y Lucero.

La vereda está perfectamente marcada y no se pierde en ningún momento. Tiene un trayecto sinusoidal por la parte meridional de las llamadas Lomas del Pedregal.


Hacia la cumbre del Fuerte.

El día es magnífico y la temperatura agradable. Algunas nubes altas hacen compañía a las cumbres más elevadas.


Paloma y Pedro en la cumbre.


Llegando a la cumbre.

El ambiente es alegre y distendido entre los miembros del grupo. La energía mágica de la montaña va llenándonos de paz y serenidad.


El grupo en la cumbre del Fuerte de Frigiliana.


Vértice geodésico del Fuerte.

Desde el vértice geodésico del pico podemos contemplar, al noroeste, el Arroyo del Acebuchal y la aldea del mismo nombre (también históricamente relacionada con el maquis) a 500 metros por debajo de donde nos encontramos. En dicha aldea se encuentra el Bar el Acebuchal llevado por mi buen amigo Antonio y su familia. Y, por supuesto, con una cocina elaborada que incluye el choto, ciervo, jabalí... He reservado mesa para "sacrificarnos" un poco tras la ruta.

En la cumbre no hay buzón de montaña. Pero uno es ya perro viejo en estos menesteres y he traído un pequeño bote de cristal para introducir en él la tarjeta firmada por todos los miembros del grupo y enterrarlo en algún lugar fácil de reconocer para pasados unos años extraerlo de su lecho de tierra y vegetación para rememorar la subida de hoy. Utilizo una de las tarjetas del Grupo Andax escribiendo el nombre del Grupo de Senderismo Intensivo.


La tarjeta.


Enterrando la tarjeta del grupo.

El descenso lo hacemos siguiendo la misma trayectoria de la ida. Las nubes van apareciendo en el cielo con su color plomizo, cubriéndolo todo.

La cumbre del Fuerte de Frigiliana tiene dos picos. El más meridional con 976 metros de altitud, donde se encuentra situado el vértice geodésico; y otro situado a unos 300 metros al norte del primero con 1.005 metros de altitud.


Iniciando el descenso. Delante el 2º pico del Fuerte.


Raquel entre Orejas de león (Leonotis leonurus).


Ahora le toca a Manmen.


Bar el Acebuchal.


Perfil de la ruta:

-Distancia recorrida: 9.640 metros.
-Desnivel: 765 metros.
-Tiempo total (ida y vuelta): 5 horas y 30 minutos.
-Dureza: fácil.
-Picos subidos: 1 (Fuerte de Frigiliana).


La próxima ruta de este nuevo y estupendo grupo de montaña: el Cielo.

¡Mucha suerte en las montañas!

lunes, 23 de enero de 2012

Peña de los Enamorados. Antequera. 15 de Enero de 2012.

Comentarios: Antonio Arana.
Fotografías: Alejandro y Antonio.

La Peña de los Enamorados. El nombre es bonito. La leyenda, también.

Cuenta dicha leyenda que en época morisca, un guerrero cristiano de nombre Tello fue hecho prisionero por el alcalde morisco de Archidona. La hija de éste, llamada Tagzona, visitando los calabozos vio al cristiano, enamorándose ambos. Pudo liberarlo y escaparon juntos aunque fueron descubiertos por la guardia del presidio. Llegaron a la alta Peña situada entre Archidona y Antequera, perseguidos por el padre de la mujer con un grupo de moros pues había en aquella época una total prohibición de casamientos entre personas de distintas religiones. Viéndose acosados y antes que caer prisioneros y ser separados a la fuerza, decidieron lanzarse desde la cumbre del alto tajo existente al noroeste de dicha Peña.

Desde entonces se la conoce con dicho nombre aunque posteriormente se dio a conocer también como "el Indio" por su parecido con la cara de un indio mirando al cielo. Ya sé que es mucha imaginación pero me gustaría que la pusiérais a prueba observando las dos fotografías que pongo a continuación.





No es difícil observar la frente, el ojo, la nariz, los labios y el mentón de una figura con rasgos de indio. Esa vista de "la Peña", como la conocen en Antequera, se obtiene mirándola desde el oeste.


El grupo con la Peña de los Enamorados a la espalda.


Foto de inicio de la ruta.

Creo interesante decir también que el Marquesado de la Peña de los Enamorados es un título nobiliario español creado por el rey Carlos II en 1679 a favor de Jerónimo Francisco de Rojas y Rojas, hijo del III Señor de la Peña de los Enamorados.

El actual titular es Joaquín Guajardo-Fajardo y Carmona, XII Marqués de la Peña de los Enamorados.

Caminamos un trecho por la vía férrea, atravesando un puente sobre el Río Guadalhorce. Desde aquí comenzamos a bordear la Peña hacia el suroeste y, posteriormente, hacia el norte.


Caminando por la vía.


Alejandro y Paco "intentando realizar un cambio de vía".

Seguimos una vereda bien marcada, ligeramente ascendente, encontrando algunos acebuches con tronco de gran perímetro.


Inma y Nina junto a un bello pie de acebuche.

Llegamos al pie del tajo en la parte noroeste de la Peña, el de la leyenda... Y nos parece ver al cristiano Tello colgado de una cuerda a mitad del mismo.


Haciendo escalada en el tajo de la Peña.

Si hace unos cuantos siglos hubiese estado equipada esta pared, la leyenda sería otra muy distinta...

Rodeamos completamente el macizo caminando ahora por la parte este, pasando muy cerca de la nariz del Indio.


Nariz del Indio.

Dajamos atrás una especie de entrada que nos llevaría directamente al vértice geodésico de la montaña para trepar por las rocas hacia la cresta. Es más duro pero también mucho más emocionante.


Hacia la cresta.


Juanlu. Al fondo, Archidona y el Pico Conjuro.


Toñi llegando a la cresta.


La satisfacción de haberlo conseguido.


Alejandro y Juanlu.


Menda con Juanlu.


Cumbre de la Peña de los Enamorados.

La cumbre de la Peña de los Enamorados se encuentra en la misma punta de la nariz del Indio (altitud 878 metros).


Tomando notas con el GPS.


Alejandro con su ropa de "camuflaje". Su reloj tambiés es de color naranja butano.

Tras realizar algunas fotos en la cumbre y tomar algún alimento, comenzamos el descenso, esta vez por la entrada que dejamos atras durante el ascenso. Es mucho más fácil por aquí.


El descenso.

Llegamos a un collado con una pendiente progresivamente intensa y resbaladiza que ocasiona las primeras caídas.


Nina en el suelo.

Toda la zona está tapizada de lirios silvestres (Iris planifolia) de color azul y blanco. Su aroma es dulce y suave, muy elegante.




Lirios silvestres.

Ahora toca decir que además de la belleza de las flores existen alrededor nuestro otras bellezas y bla, bla, bla... que suena a inaguantable cursilería. Pero Nina e Inma saben que las queremos mucho aunque no se lo digamos con mucha frecuencia...


Nina e Inma.

En la afilada cresta que cae desde la cumbre hacia el sur podemos distinguir un macho montés de unos 5 años acompañado por dos hembras.


Cabras montesas.


El macho y las dos hembras.

Los adolescentes del grupo se lo están pasando pipa, como siempre.


Nico y Javi.

Volvemos a caminar por la vía del tren y, poco antes de cruzar el puente sobre el Río Guadalhorce, escuchamos un fuerte ruído a nuestras espaldas y el intenso pitido de un tren advirtiéndonos del enorme peligro que corremos. Nos apartamos y vemos pasar la larga mole a gran velocidad a apenas 3 metros de nosotros.


Un pequeño sobresalto.

Tras finalizar la ruta decidimos almorzar en la Venta la Sierra. Desde la cumbre reservé mesa para el grupo.


Perdiz estofada.


Venta la Sierra.

Observar en el trak el trazado de la ruta de la Peña de los Enamorados: ¡tiene forma de corazón!


Track de la ruta.